PARTÍCIPES DEL PODER Y LA GLORIA DEL PADRE

“Haced (…) lo que yo deseo, honrándome con un culto especial, tal como ya os lo he dicho. Que esto os haga comprender que quiero daros mucho y haceros participar en gran medida de mi poder y de mi gloria” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio).

El culto especial que el Padre pide es, a grandes rasgos, una Fiesta litúrgica en su honor que ha de establecerse en la Iglesia y luego en el mundo entero. Aún no ha tenido lugar su instauración oficial, pero lo que sí ha surgido, al menos a nivel privado, es un Oficio a Dios Padre, que efectivamente también corresponde a uno de los deseos que Él expresa en este contexto. Por tanto, podemos esperar que las palabras del Mensaje que hoy escuchamos podrán aplicarse, al menos parcialmente, si correspondemos a su deseo de ser conocido, amado y honrado, también a través del Oficio litúrgico, aunque todavía se lo practique sólo en un círculo pequeño.

Nuestro Padre quiere hacernos partícipes de su poder y de su gloria, así como también lo haría un buen papá a nivel humano, queriendo dar a sus hijos lo mejor que posee. Este poder que quiere compartirnos se relaciona con el amor y no con la omnipotencia. Lucifer, en cambio, ambicionaba la omnipotencia de Dios, pero no su bondad.

En Nombre del Padre, podemos realizar las obras que Él nos ha encomendado y actuar en su autoridad. Si hablamos de Él, Él está presente. Si en su Nombre (y lo mismo cuenta para el Nombre de Jesús) rechazamos los ataques del maligno, será su poder el que lo ahuyente. Si practicamos las buenas obras en su Espíritu, éstas lo glorificarán. Si rezamos el Oficio a Dios Padre, Él nos concederá la gracia que éste trae consigo.

Cuanto más nuestro corazón le pertenezca a nuestro Padre, de modo que también el suyo pueda reposar en nosotros, tanto más podrá concedernos. Y lo que Él quiere darnos es mucho, porque es tener parte de Él mismo. En consecuencia, también nos hará cada vez más partícipes de su poder y de su gloria. Dios lo quiere así y nosotros podemos recurrir a este ofrecimiento suyo.

Hemos de comprender que no somos esclavos que se limitan a cumplir órdenes; sino hijos, a los que el Padre quiere darles todo y que han de mostrarse dignos de tal honor.

NOTA: En este contexto, os indicamos que en el siguiente enlace podéis encontrar el Oficio a Dios Padre cantado: https://www.youtube.com/watch?v=M30xBHq-jZU&t=156s