ITINERARIO CUARESMAL – Día 3: Hacerlo todo con la mirada puesta en el Señor

El evangelio que hoy nos propone el leccionario de la Misa Tradicional nos ofrece importantes advertencias para nuestro santo itinerario hacia la Fiesta de la Resurrección.

Habiéndonos puesto en marcha, marcados con la cruz de ceniza, decididos a profundizar nuestra conversión e integrar el ayuno como una ayuda importante en el camino espiritual, el Señor nos advierte hoy en el evangelio de una inclinación que debemos superar con su ayuda:

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ITINERARIO CUARESMAL – Día 2: “Leña para el fuego del amor”

El santo itinerario de la Cuaresma también incluye –siempre que sea posible– el ayuno corporal y la renuncia a ciertas cosas.

Con ello, nos ejercitamos en una ascesis provechosa para la vida espiritual. Si se la practica de forma apropiada, se hacen realidad las palabras de uno de los Prefacios cuaresmales:

“Porque con el ayuno corporal refrenas nuestras pasiones, elevas nuestro espíritu, nos das fuerza y recompensa, por Cristo, Señor nuestro.”

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ITINERARIO CUARESMAL – Día 1: “El llamado a la conversión”

En el Tiempo de Cuaresma, recorreremos nuevamente el “itinerario” que nos guió el año pasado durante estos cuarenta días. Nos encomendamos de forma especial a sus oraciones, puesto que la mayor parte de la Cuaresma estaremos de misión en Brasil y Argentina. Una gran preocupación que llevamos en nuestros corazones y oraciones es la paz mundial, que se ve particularmente amenazada en Ucrania e Israel. Como estamos muy vinculados a Tierra Santa por pasar mucho tiempo allí, he escrito una oración que os pido que recéis con nosotros a lo largo del Tiempo de la Cuaresma.

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Rechazar las tentaciones

St 1,12-18

¡Dichoso el hombre que soporta la prueba!, porque, una vez superada ésta, recibirá la corona de la vida que ha prometido el Señor a los que le aman. Que nadie, cuando sea probado, diga: “Es Dios quien me prueba”, porque Dios ni es probado por el mal ni prueba a nadie. Más bien cada uno es probado, arrastrado y seducido por su propia concupiscencia. Y una vez que la concupiscencia ha concebido, da a luz al pecado; y el pecado, una vez consumado, engendra muerte. No os engañéis, hermanos míos queridos: toda dádiva buena y todo don perfecto que recibimos viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, en quien no hay cambio ni fase de sombra. Nos engendró por su propia voluntad, con palabra de verdad, para que fuésemos las primicias de sus criaturas.

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Resistir a las dudas

St 1,1-11

Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, saluda a las doce tribus de la Dispersión. Hermanos míos, sentíos realmente dichosos cuando os veáis rodeados por toda clase de pruebas, pues sabéis que la calidad probada de vuestra fe produce paciencia. Pero la paciencia ha de culminar en una obra perfecta, para que seáis perfectos e íntegros, sin que dejéis nada que desear.

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Todo procede de Él!

1Re 12,26-32; 13,33-34

En aquellos días, Jeroboán se puso a pensar: “Ahora podría volver el reino a la casa de David. Si el pueblo continúa subiendo para ofrecer sacrificios en el templo de Yahvé en Jerusalén, el corazón del pueblo se volverá a su señor, a Roboán, rey de Judá, y me matarán.” Tras tomar consejo el rey, fabricó dos becerros de oro, y dijo al pueblo: “Basta ya de subir a Jerusalén. Éste es tu dios, Israel, el que te hizo subir de la tierra de Egipto.” Instaló uno en Betel y el otro en Dan. Esto incitó a pecar a Israel, porque unos iban a Betel y otros a Dan. Construyó también lugares de culto en los altos e instituyó sacerdotes del común del pueblo, que no eran descendientes de Leví.

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La división como consecuencia del pecado

1Re 11,29-32.12,19

Un día, salió Jeroboán de Jerusalén, y el profeta Ajías de Siló le salió al encuentro cubierto con un manto nuevo. Estando los dos solos en campo abierto, Ajías tomó el manto nuevo que llevaba puesto, lo rasgó en doce jirones y dijo a Jeroboán: “Toma diez jirones para ti, porque así dice Yahvé, Dios de Israel: Rasgaré el reino de manos de Salomón y te daré diez tribus. La otra tribu será para él, en atención a mi siervo David y a Jerusalén, la ciudad que me elegí entre todas las tribus de Israel.” Así fue como Israel se rebeló contra la casa de David, hasta el día de hoy.

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¡Que nunca decaiga la vigilancia!

1Re 11,4-13

Siendo ya anciano, las mujeres de Salomón desviaron su corazón tras otros dioses, y su corazón no perteneció por entero a Yahvé su Dios, como el corazón de David, su padre. Salomón marchaba tras Astarté, diosa de los sidonios, y tras Milcón, abominación de los amonitas. Salomón hizo lo que Yahvé reprobaba, y no se mantuvo del todo al lado de Yahvé, como David su padre. Por entonces Salomón edificó un altar a Camós, abominación de Moab, sobre el monte que está frente a Jerusalén, y a Milcón, abominación de los amonitas. Lo mismo hizo con todas sus mujeres extranjeras, que quemaban incienso y sacrificaban a sus dioses.

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Un corazón puro

Mc 7,14-23

En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo: “Oídme todos y entended. Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; lo que realmente contamina al hombre es lo que sale de él. Quien tenga oídos para oír, que oiga.” Cuando dejó a la gente y entró en casa, sus discípulos le preguntaron sobre la parábola. Él les dijo: “¿Conque también vosotros carecéis de inteligencia? ¿No comprendéis que todo lo que entra de fuera en el hombre no puede contaminarle, pues no entra en su corazón, sino en el vientre y va a parar al excusado?” –así declaraba puros todos los alimentos.

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