Una verdadera conversión

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1Tes 4,1-8

Lectura correspondiente a la memoria de San Agustín

Hermanos, los rogamos y les exhortamos en el Señor Jesús, que vivan conforme a lo que han aprendido de nosotros sobre la manera de comportarse para agradar a Dios. De hecho, ustedes ya viven así: hagan mayores progresos todavía. Ya conocen las instrucciones que les he dado en nombre del Señor Jesús.

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La lucha por la conversión

Dijo Jesús: “Joven, a ti te digo: Levántate.” El muerto se incorporó y se puso a hablar, y él se lo dio a su madre.

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Lc 7,11-17

Lectura correspondiente a la memoria de Santa Mónica

En aquel tiempo, fue Jesús a un pueblo llamado Naím. Lo acompañaban sus discípulos y una gran muchedumbre. Cuando se acercaba a las puertas del pueblo, sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de una viuda. La acompañaba mucha gente del pueblo. Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo: “No llores.” Luego, acercándose, tocó el féretro, y los que lo llevaban se pararon. Dijo Jesús: “Joven, a ti te digo: Levántate.” El muerto se incorporó y se puso a hablar, y él se lo dio a su madre.

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Sobre la hipocresía

“En el camino espiritual, el amor se lo cultiva a través de la oración, de la meditación de la Palabra de Dios, de la conversión interior, etc…”

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Mt 23,27-32

En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia! Así sois también vosotros, que por fuera aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de maldad.

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Enfrentarse a los peligros con sobriedad

“Por lo que respecta a la Venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con él, os rogamos que no permitáis que vuestro ánimo se altere”

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2Tes 2,1-3a.14-17 

Hermanos, por lo que respecta a la Venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con él, os rogamos que no permitáis que vuestro ánimo se altere por cualquier cosa, ni os alarméis por ciertas manifestaciones del Espíritu, por algunas palabras o por alguna carta presentada como nuestra, que os haga suponer que el Día del Señor es inminente. Que nadie os engañe de ninguna manera. Primero tiene que venir la apostasía y manifestarse el Hombre impío, el Hijo de perdición.

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La Jerusalén Celestial

La ciudad santa de Jerusalén, “rodeada por una muralla grande y alta”

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Ap 21,9-14

Lectura correspondiente a la fiesta del Apóstol Bartolomé

Entonces vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete últimas plagas, y me habló así: “Ven, que te voy a enseñar a la Novia, a la Esposa del Cordero.” Me trasladó en espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la ciudad santa de Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios.

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La sabiduría de Dios en todo

“¡Qué abismo de riqueza, de sabiduría y de ciencia hay en Dios!”

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Antes de volver al marco acostumbrado de nuestras meditaciones diarias, quisiera citar un valioso texto, que alguien me hizo llegar. Nos ayudará a entender por qué en los últimos días he hablado claramente, relacionando la confusión en el mundo y en la Iglesia con el actuar de Lucifer. La cita procede de la Encíclica Pascendi Dominici Gregis, del Papa Pío X. Precisamente en el día en que se celebra su memoria yo había puesto por escrito la última meditación sobre este delicado tema…

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La necesidad de desenmascarar a Lucifer y sus engaños (Parte 3)

María, Reina y Madre De la Iglesia

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En las meditaciones anteriores, partiendo de un texto de Ezequiel (28,1-19), había hablado sobre el actuar del ángel caído, del cual hemos de tomar consciencia para no dejarnos enceguecer. Lamentablemente, Lucifer actúa también en nuestra Iglesia, y ha adquirido una gran influencia. Es muy doloroso percibir esto, particularmente cuando vemos que su actuar llega hasta las mismas autoridades de la Iglesia. ¡Pero esto no puede pasarse por alto!

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La necesidad de desenmascarar a Lucifer y sus engaños (Parte 2)

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En la meditación de ayer, había indicado que no podremos encontrar la clave para entender la actual pandemia, mientras no incluyamos a Dios.

Éste es el núcleo para hallar respuestas, a partir de las cuales se podrá actuar correctamente y discernir los espíritus. Por supuesto que también hay medidas justificadas y necesarias, que son guiadas por la razón, uno de los dones que Dios nos ha dado. Estas medidas son importantes y hemos de acogerlas.

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La necesidad de desenmascarar a Lucifer y sus engaños (Parte 1)

“Como hijos de la luz, hemos de asumir nuestro sitio en esta batalla espiritual. ¡Escojamos a Santa Juana de Arco como una patrona!”

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Escuchemos nuevamente una parte de la lectura que habíamos meditado los últimos dos días:

“Eras el sello de una obra maestra, colmado de sabiduría, de consumada belleza. Morabas en Edén, en el jardín de Dios. Toda suerte de piedras preciosas engalanaban tu manto: rubí, topacio, diamante, crisólito, piedra de ónice, jaspe, zafiro, malaquita, esmeralda; en oro estaban labrados los aretes y pinjantes que llevabas, preparados desde el día de tu creación. Hice de ti un querubín protector, centelleante; estabas en el monte santo de Dios, caminabas entre piedras de fuego.

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Lucifer enceguece a los hombres (Parte II)

“Tu belleza te hizo altanero, corrompiste tu sabiduría por causa de tu esplendor. Y yo te precipité por tierra.”

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En la meditación de ayer, habíamos reflexionado sobre el enceguecimiento de Lucifer, tal como se lo describe en el capítulo 28 del profeta Ezequiel, refiriéndose al rey de Tiro: “Tu belleza te hizo altanero, corrompiste tu sabiduría por causa de tu esplendor. Y yo te precipité por tierra.” –dice el versículo 17. La ceguera de Lucifer continúa, y ahora él intenta de todas las maneras posibles engañar a los hombres e involucrarlos en su propia rebelión contra Dios. Por lo general, él oculta sus verdaderas intenciones, para poder influenciar más fácilmente a las personas. En el caso extremo, su influjo puede llegar hasta una posesión.

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