Una confesión adecuada

Dn 9,4b-10 

“¡Señor, Dios grande y terrible, que mantienes la alianza y la fidelidad con los que te aman y cumplen tus mandamientos! Hemos pecado, hemos cometido iniquidades y delitos y nos hemos rebelado, apartándonos de tus mandamientos y preceptos. No hemos escuchado a tus siervos los profetas que hablaban en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros antepasados y a toda la gente del país.

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No tener miedo a las pruebas

Gen 22,1-2.9a.10-13.15-18

En aquellos días, Dios puso a prueba a Abraham. “¡Abraham!” -le dijo. Él respondió: “Aquí estoy”. Después añadió: “Toma a tu hijo, a tu único, al que amas, a Isaac; vete a la región de Moria, y ofrécelo en holocausto sobre la montaña que yo te indicaré”. Cuando llegaron al lugar que Dios le había indicado, Abraham erigió un altar, dispuso la leña, ató a su hijo Isaac, y lo puso sobre el altar encima de la leña. Luego extendió su mano y tomó el cuchillo para inmolar a su hijo.

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Alianza con Dios

Dt 26,16-19

Moisés habló al Pueblo diciendo: “En este día Yahvé tu Dios te manda practicar estos preceptos y estas normas. Guárdalas y practícalas con todo tu corazón y con toda tu alma. Hoy has elegido al Señor para que él sea tu Dios y tú vayas por sus caminos, observes sus mandatos, preceptos y decretos, y escuches su voz.

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Dios quiere perdonar

Ez 18,21-28

Esto dice el Señor Dios: “Si el malvado se convierte de todos los pecados que ha cometido, observa todos mis preceptos y practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá. Ninguno de los crímenes que cometió se le volverá a recordar; vivirá a causa de la justicia que ha practicado. ¿Acaso me complazco yo en la muerte del malvado –oráculo del Señor Yahvé—y no más bien en que se convierta de su conducta y viva?

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No tengo otra ayuda fuera de ti

Est 4, 17k.17l-m.17r-t 

En aquellos días, la reina Ester, temiendo el peligro inminente, acudió al Señor y rezó así al Señor, Dios de Israel: “Señor mío, único rey nuestro. Protégeme, que estoy sola y no tengo otro defensor fuera de ti, pues yo misma me he expuesto al peligro. Desde mi infancia oí, en el seno de mi familia, cómo tú, Señor, escogiste a Israel entre las naciones, a nuestros padres entre todos sus antepasados, para ser tu heredad perpetua; y les cumpliste lo que habías prometido.

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Tú eres el Mesías

Mt 16,13-19

En aquel tiempo, al llegar Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?” Ellos respondieron: “Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o uno de los profetas.” Él les preguntó: “Pero vosotros ¿quién decís que soy yo?” Simón Pedro contestó: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo.”

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La sutil tentación de la mundanización

Mc 1,12-15 

En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto, y permaneció allí cuarenta días, siendo tentado por Satanás. Vivía entre alimañas y los ángeles le servían. Después que Juan fuese entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba el Evangelio de Dios: “El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios ha llegado; convertíos y creed en el Evangelio.”

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