Mi carga es ligera

Mt 11,28-30

En aquel tiempo, Jesús tomó la palabra y dijo: “Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os proporcionaré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.” leer más

La vía sacra

Is 35,1-10

Que se alegren desierto y sequedal, que se regocije y florezca la estepa; que estalle en flores y se regocije, que lance gritos de júbilo. Le va a ser dada la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón. Podrá verse la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios. Fortaleced las manos débiles, afianzad las rodillas vacilantes. Decid a los de corazón inquieto: “¡Sed fuertes, no temáis! Mirad que llega vuestro Dios vengador, Dios que os trae la recompensa; él vendrá y os salvará.

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Unanimidad en Cristo

Rom 15,4-9

Todo cuanto fue escrito en el pasado se escribió para nuestra formación, para que, con la paciencia y el consuelo que dan las Escrituras, conservemos la esperanza. Y que el Dios de la paciencia y del consuelo os conceda compartir entre vosotros los mismos sentimientos, siguiendo a Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, alabéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Por tanto, acogeos mutuamente como os acogió Cristo para gloria de Dios. Pues afirmo que Cristo se puso al servicio de los circuncisos para manifestar que Dios es veraz, es decir, para dar cumplimiento a las promesas hechas a los patriarcas, y para que los gentiles alabasen a Dios por su misericordia, como dice la Escritura: “Por eso te bendeciré entre los gentiles y ensalzaré tu nombre.” 

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El encargo recibido

1Cor 9,16-19.22-23

Lectura correspondiente a la memoria de San Francisco Javier

Predicar el evangelio no es para mí ningún motivo de vanagloria, pues estoy bajo el deber de hacerlo. ¡Ay de mí si no predico el Evangelio! Si lo hiciera por propia iniciativa, ciertamente tendría derecho a una recompensa; y si lo hiciera forzado, al fin y al cabo es una misión que se me ha confiado.

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Cimentar la casa

Mt 7,21.24-27

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “No todo el que me diga ‘Señor, Señor’ entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica se parecerá al hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y embistieron contra aquella casa, pero no se derrumbó, porque estaba cimentada sobre roca. leer más

Los ojos de la fe

NOTA: Escucharemos hoy la lectura y meditación correspondiente al miércoles de la I
Semana de Adviento, en lugar de tomar la de la Fiesta del Apóstol San Andrés. Si alguien
desea escuchar una meditación de esta Fiesta que hoy se celebra, puede encontrarla en el
siguiente enlace: http://es.elijamission.net/como-creeran-sin-que-se-les-predique-2/

Is 25,6-10a

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