NOTA: Por un error, hemos tomado hoy la lectura correspondiente al año impar. Sin embargo, ésta nos permite meditar sobre un tema muy importante para la vida cristiana, que ciertamente será provechoso para muchos.
Col 1,24–2,3
Hermanos: ahora me alegro de los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi cuerpo lo que falta a los sufrimientos de Cristo en beneficio de su cuerpo, que es la Iglesia. De ella he sido yo constituido servidor por disposición divina, dada en favor vuestro: para cumplir el encargo de anunciar la palabra de Dios, es decir, el misterio que estuvo escondido durante siglos y generaciones y que ahora ha sido manifestado a sus santos.