“Atesora oro indestructible en la cámara del tesoro de Dios” (Palabra interior).
En nuestro camino de seguimiento de Cristo, nuestro Padre nos permite tener parte en los sufrimientos de Cristo (cf. Col 1,24). Pueden sobrevenirnos persecuciones y calumnias por causa del Nombre de Jesús. Si nos aferramos a la verdad por amor a Dios, no es raro que surjan conflictos con aquellos que no quieren aceptar la verdad, y esto es causa de sufrimiento. Jesús mismo nos lo predijo: “Si me han perseguido a mí, también a vosotros os perseguirán” (Jn 15,20).
Ciertamente no es ésta la Voluntad activa de nuestro amoroso Padre; sino que se produce a raíz del alejamiento de Dios de muchas personas en el mundo. Pero, en su bondad, nuestro Padre sabe valerse precisamente de estos sufrimientos y adversidades para nuestro bien (Rom 8,28). Cuando padecemos persecución por causa del Nombre de su Hijo, Él está especialmente cerca de nosotros, y si aceptamos estas tribulaciones y las afrontamos en el Espíritu del Señor, atesoramos oro indestructible en la cámara del tesoro de Dios.
Esto se relaciona con el hecho de que en medio del sufrimiento le demostramos a Dios un amor más fuerte. En efecto, el testimonio de fe que damos aquí no sólo es para nuestra propia salvación; sino también para otras personas, a las que nuestro Padre busca en su bondad.
“Nadie tiene amor más grande que el que da su vida por sus amigos” –nos dice el Señor (Jn 15,13). Cada sufrimiento, cada persecución injusta, cada calumnia que soportamos por causa del Señor es un “dar la vida” en medio de las circunstancias más difíciles. Así, nuestro sufrimiento se une al de nuestro Señor y se convierte en oro indestructible en la cámara del tesoro de Dios, que Él nunca olvidará. En la eternidad veremos que todo lo que hicimos por amor y, sobre todo, el sufrimiento por causa del nombre de Cristo brilla resplandeciente. Entonces daremos gracias al Señor por habernos dado la oportunidad de mostrarle así nuestro amor.
Y a medida que avancemos en nuestro camino, empezaremos a agradecerle desde ya por poderle servir de esta manera.