NUESTRO PADRE SE VALDRÁ DE TODO PARA NUESTRA SALVACIÓN

“Todos tenéis derecho a acercaros a vuestro Padre! ¡Ensanchad vuestro corazón; rezad a mi Hijo, para que os dé a conocer cada vez más mi bondad hacia vosotros!” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio).

Al inicio del nuevo año, esta amorosa invitación de nuestro Padre Celestial debe convertírsenos en la brújula que guíe nuestro camino a lo largo de este año.

En medio de la oscuridad de este mundo, brilla una luz con la venida del Hijo de Dios, que desgarra las tinieblas. Él mismo es la luz que ilumina a todos los hombres cuando acogen la gracia de su venida (cf. Jn 1,9.12).

Él es quien nos revela al Padre.

Por eso, nuestro Padre Celestial nos invita a dirigirnos a Jesús para comprender cada vez mejor su amor y su bondad para con nosotros. En efecto, ¿quién podría hacérnoslo comprender mejor que Aquél que, en su ferviente oración al Padre, exclama: “Les he dado a conocer tu nombre y lo daré a conocer, para que el amor con que Tú me amaste esté en ellos y yo en ellos” (Jn 17,26)?

El amor de Jesús por su Padre nos introduce también a nosotros en una relación más íntima con nuestro Padre. Fue Él quien nos obtuvo el derecho de recibir este amor, alcanzando así la salvación, la iluminación, la sanación y la liberación del mal.

Este amor es la realidad constante y permanente que nos rodea siempre. Si ensanchamos nuestro corazón, éste se transformará en un “corazón nuevo” (Ez 36,26), que se vuelve más capaz de amar.

Ésta sería una meta que valdría la pena aspirar en el año 2024: que, elevando junto a Jesús la mirada al Padre, aprendamos a amarlo cada vez más a través de Él, el Hijo de Dios, y reconozcamos cuánto nos ama y cuida de nosotros. Esto nos dará confianza, sabiendo que, pase lo que pase en este año, Dios se valdrá de todo para nuestra salvación.