«A su debido tiempo, cuando los hombres, mis hijos, lean este Mensaje con atención y amor, descubrirán lo que quiero decirles» (Mensaje de Dios Padre a Sor Eugenia Ravasio).
¿Habrá llegado ya ese «debido tiempo» del que habla aquí nuestro Padre? ¿Se habrá derretido en algunas personas la capa de hielo que a menudo rodea los corazones, de modo que puedan comprender y asimilar lo que Él quiere transmitirles? Quizá sea así. Pero para que eso suceda, debemos leer su Mensaje con atención y amor. En él, nuestro Padre nos habla de manera muy comprensible y cercana.
Al principio del Mensaje, el Padre Celestial le dice a la Madre Eugenia: «Mira, ¡pongo en el suelo mi corona y toda mi gloria para tomar la apariencia de un hombre común!».
Todo el Mensaje respira esta sencillez, que es quizá una de las cosas que nuestro Padre quiere transmitirnos si lo leemos atentamente. Él, que es la gloria misma y a quien el cielo y la tierra adoran, se sienta junto a Sor Eugenia Ravasio para dictarle este Mensaje. Así, la majestad de nuestro Padre resplandece en su sencillez, y Él mismo nos asegura que a través de ella se dirige a cada uno de nosotros.
Así surge una relación de confianza y se desvanece el falso temor a Dios. Esto podrá hacerse realidad en mayor medida cuando todas las personas conozcan el Mensaje del amor y Dios pueda comunicarse a ellas. Podrá hacerse realidad en mayor medida cuando en todas partes se celebre la Fiesta del Padre de todos los hombres.
¡Que la Familia de Abbá y todas las personas que escuchan estas reflexiones se unan cada vez más profundamente a nuestro Padre Celestial!
NOTA: se puede descargar el Mensaje de Dios Padre en su integridad en el siguiente enlace: https://www.amadopadrecelestial.org/mensaje