“LA VERDADERA IGLESIA”  

«También vosotros, que no conocéis otra religión que aquella en la que nacisteis y que no es la religión verdadera, abrid los ojos: ¡Aquí está vuestro Padre!» (Mensaje de Dios Padre a Sor Eugenia Ravasio).

El amor de nuestro Padre no excluye a aquellas personas que aún no han encontrado su hogar en la Iglesia Católica. Sin embargo, tampoco los deja en el error de una tolerancia mal entendida o, peor aún, en la indiferencia religiosa, como si no importara a qué religión pertenezcan. Más bien, se dirige a ellos con estas palabras: «Vengo a vosotros para traeros la verdad y, con ella, la salvación».

Si queremos vivir como verdaderos hijos de nuestro Padre Celestial, ésta debe ser la pauta que marque nuestra labor misionera. ¿Quién no querría que todos los hombres conocieran el amor de su Padre? ¿Quién los dejaría en la oscuridad si tuviera la oportunidad de señalarles el camino hacia la luz?

La verdadera religión es un gran regalo que nuestro Padre Celestial nos ha confiado para portarlo a todos los hombres. Solo en ella puede desplegarse plenamente la gracia que Dios ha dispuesto para la humanidad. Por tanto, si hemos acogido en nuestro corazón su tierno amor y hemos recibido la gracia de pertenecer a la Santa Iglesia, entonces estamos llamados a salir con nuestro Padre en busca de aquellos que aún no forman parte de ella. Ocultarles la existencia de la verdadera Iglesia sería dejarlos a oscuras, ya que, aunque su religión pueda contener rayos de verdad, también alberga muchos errores, ignorancia y, por lo tanto, densas sombras.

Ayudémosles a abrir los ojos y a reconocer a su Padre, que tanto les ama, aunque solo podamos hacerlo a través de nuestra oración y de nuestra vida de santidad en lo secreto. ¡Eso es más que suficiente!