LA VERDADERA ALEGRÍA

“Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres” (Fil 4,4).

Sin conocer a nuestro Padre Celestial y sin la certeza de su amor por nosotros, no podremos encontrar la verdadera felicidad. La alegría que nos dan las cosas pasajeras es temporal y, por tanto, no puede satisfacer el anhelo más íntimo del hombre.

Dios, en cambio, quiere y puede darnos la verdadera felicidad, para que vivamos en ella. Así, San Pablo nos exhorta a estar siempre alegres en el Señor. ¡He aquí la clave de la verdadera alegría! Es la alegría en Dios mismo; es un fruto del Espíritu Santo. Cuanto más profundamente conozcamos a nuestro Padre, tanto más crecerá nuestro asombro y gratitud por su amor. Reconoceremos cada vez más cómo es Él en verdad, y con cada descubrimiento de su Ser crecerá nuestra alegría por Él.

Día a día podemos percibir su inagotable amor, que, con su gran ternura, es capaz de embelesar nuestra alma. Es una alegría imperecedera, que empezamos a gustar ya aquí en nuestra vida terrenal y que en la eternidad llegará a su plenitud:

“Dios enjugará las lágrimas de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo habrá pasado” (Ap 21,4).

¿Podríamos imaginar acaso un cielo triste? ¡No! Dios mismo es el gozo de todas sus criaturas, de los ángeles y de los hombres. Allí, en la eternidad, ya no hay sombra alguna que pudiese perturbar esta alegría. Tampoco podrá seguirnos tentando la “antigua serpiente”, nuestro adversario desde el inicio. Compartiremos entonces esta dichosa alegría con todos aquellos que también están con Dios en la eternidad.

Si ya aquí, en nuestra vida terrenal, pregustamos la alegría de vivir como hijos de Dios, ésta será irresistiblemente “contagiosa”. Entonces podremos considerar las cosas pasajeras como un regalo de nuestro Padre y nos alegraremos por ellas en el Señor. También podremos deleitarnos en aquellas personas que obedecen a Dios.

Pero, ¿qué hay de los demás, de los que aún no lo conocen? El mismo amor de Dios nos impulsará a ayudarles para que también ellos conozcan la fuente de la verdadera alegría…