“LA SEPARACIÓN DEL MUNDO”    

«El amor por las cosas mundanas, por los honores, la grandeza y el reconocimiento, se ha convertido en la segunda naturaleza del hombre. Es como mezclar agua con vino. Se necesitaría un gran milagro para volver a separarlos» (San José de Cupertino).

Este gran milagro puede ocurrir cuando el amor a Dios se apodera del corazón de una persona, como sucedió con San Pablo. Las cosas mundanas se convirtieron para él en basura (Fil 3,8) y, desde entonces, solo aspiraba a los «bienes de arriba» (Col 3,2).

A lo largo de la historia, ha habido —y sigue habiendo— personas cuya entrega a Dios es tan intensa que logran alejarse del mundo hasta el punto de que este ya no supone un obstáculo para ellas.

Pero muchas veces no sucede así. El corazón humano se ha apegado tanto a las cosas mundanas que renunciar a ellas por el Reino de los Cielos le parecería como perder la vida. Para algunas personas, tal renuncia puede incluso tener un «olor de muerte» (cf. 2Cor 2,16) que les hace estremecer.

Evidentemente, aún no conocen lo suficiente el amor del Padre. No saben las alegrías espirituales que les esperan cuando desprenden su corazón de las cosas mundanas y se vuelven hacia Dios. Probablemente, gran parte de la cristiandad ya no es consciente de ello. Se ha entablado una estrecha relación con el mundo, tal y como describe la frase de hoy, y ya no se reflexiona sobre ello. Esta es, sin duda, una de las razones por las que disminuyen cada vez más las vocaciones religiosas e incluso los monasterios pueden terminar mundanizándose.

Entonces, ¿cómo puede producirse el «milagro» de la separación? ¡Solo el Señor puede hacerlo! Pero nosotros, por nuestra parte, podemos pedírselo. El santo que celebraremos mañana, san Nicolás de Flüe, nos ha dejado una oración que puede ayudarnos a despertar el amor a nuestro Padre Celestial hasta el punto de no anteponer nada a él. Mañana nos detendremos en la primera parte de dicha oración: «Señor mío y Dios mío, prívame de todo lo que me aleja de ti».

NOTA: La meditación diaria del 26 de septiembre también podría servir para profundizar en este tema.