LA GRACIA SE IRRADIA SOBRE OTRAS ALMAS

“Quien se acerque a Mí con confianza recibe mi gracia con tal sobreabundancia, que no la puede contener y la irradia sobre los otros” (Palabras del Señor a Santa Faustina Kowalska).

Estas hermosas palabras nos dan a entender que el Señor quiere convertirnos en recipientes de su gracia. De esta manera, las gracias que Él nos otorga no sólo servirán para llenar nuestra alma y hacerla florecer en toda su belleza; sino que además llegarán a través nuestro a las otras personas, pues el Señor siempre piensa en todos los hombres y a todos quiere conducirlos de regreso a casa, a su Reino…

Esto nos hace descubrir el Ser y las intenciones de nuestro Padre Celestial. Él siempre tiene en vista nuestra salvación, y nuestra confianza es el camino para que Él pueda concedernos su gracia en sobreabundancia.

Podremos comprenderlo con facilidad si reemplazamos la palabra “gracia” por “amor”. Cuando nos encontramos con el amor de Dios en una actitud de confianza, este amor se derrama en nuestro corazón de tal manera que no podemos contenerlo y queremos transmitírselo a los demás. ¡Cuánto quisiéramos que todas las personas pudiesen experimentar el amor de Dios!

Esto puede motivarnos mucho más aún a acrecentar nuestra confianza en Dios, porque adquirimos una amplísima perspectiva si otras almas pueden ser conquistadas para Dios a través de nuestra relación cercana con Él. Entonces entra en el corazón la verdadera paz y se abren de par en par las puertas para amar a Dios y al prójimo.

Y si la verdadera paz de Dios habita en nosotros, podrán hacerse realidad estas palabras de San Serafín de Sarov:

“Si uno adquiere la paz y la conserva en el corazón, miles a su alrededor encontrarán la salvación.”