LA ELECCIÓN DE DIOS

“Tú eres mi amigo y confidente” (Palabra interior).

En el Mensaje a la Madre Eugenia Ravasio, el Padre se nos ofrece como amigo y confidente, y nos da a entender que así llegaremos a la plenitud del amor: cuando hayamos aprendido a amarle tal como Él lo desea, “es decir, no sólo como vuestro Padre sino también como vuestro amigo y confidente.”

Si aceptamos esta invitación, surgirá una relación muy amorosa e íntima con nuestro Padre. Si este amor se vuelve fecundo y duradero, si demostramos nuestra fidelidad y perseverancia a lo largo del camino, entonces ciertamente se hará realidad el mencionado ofrecimiento de nuestro Padre: nos convertiremos en amigos y confidentes del Padre, así como Jesús llamó “amigos” a sus discípulos (Jn 15,15).

Una vez que esto suceda, entramos en una nueva etapa en la relación con nuestro Padre. Ya no sólo seremos hijos suyos, de quienes Él cuida diligentemente (aunque nunca dejaremos de serlo), sino que además nos hará partícipes de su plan de salvación como colaboradores suyos.

Que seamos llamados “amigos” y “confidentes” nos toca más allá de lo que podría hacerlo el término “colaboradores”. Es un inmenso honor, que, a la vez, pide de nuestra parte una profunda responsabilidad del amor. En efecto, ¿quién querría defraudar, aunque fuese en lo más mínimo, a su Amigo y Confidente divino? ¡Sería impensable!

Sin embargo, nosotros, los hombres, somos tan débiles. Por eso, también nosotros podríamos exclamar como Pedro: “Apártate de mí, Señor, que soy un hombre pecador” (Lc 5,8). O podríamos simplemente considerarnos incapaces de corresponder a una confianza tal.

Pero, si reaccionamos así, será que aún tenemos la mirada demasiado enfocada en nosotros mismos. Si Dios nos llama y se dirige a nosotros de esta manera, Él sabrá por qué. Esto nos recuerda a las palabras que el Señor dijo a sus discípulos: “No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros” (Jn 15,16).

Agradezcamos al Padre por la confianza que nos brinda, y apoyémonos en su gracia para poder servirle como amigos y confidentes.