JESÚS NOS TRANSMITE LAS PALABRAS DEL PADRE

En su gran oración al Padre, Jesús puede atestiguar que los suyos, que le fueron encomendados por el Padre, han guardado su Palabra: “Ahora han conocido que todo lo que Me has dado viene de Ti; porque Yo les he dado las palabras que Me diste; y las recibieron.” (Jn 17,7-8)

¡Cuán importante es para Jesús que nosotros conozcamos al Padre! Él es el Hijo amado de su Padre y nosotros hemos de entender que todo lo que Él hace y cuanto vemos en Él, procede de Aquél que lo envió. ¡Una y otra vez el Señor nos lo da a entender!

Podemos ver el profundo gozo y la complacencia en el Corazón de nuestro Salvador al poder asegurarle a su Padre que los que le fueron encomendados han aceptado su mensaje. Han conocido que todo en Jesús viene del Padre; se han encontrado a través de Él con la bondad del Padre; han acogido la Palabra que los salva e ilumina, y podrán entrar para siempre en la Casa del Padre.

¿Y nuestro Padre? Él se complace sobremanera en su Hijo:

“Éste es mi Hijo Amado, en quien me complazco: escuchadle” (Mt 17,5).

Es la gran alegría del Padre poder recibir el trofeo que su Hijo trae consigo tras el triunfo en la Cruz: son las almas que tanto ama y a las que confió al cuidado de su Hijo, para que las condujera a Él; son los hombres que Él ha creado, a los que quiere colmar de bendiciones ya en esta vida terrenal y tener consigo por toda la eternidad; son sus hijos amados…