“EL TRATO AMOROSO DEL PADRE HACIA UN ALMA INGRATA”

El Mensaje del Padre Celestial a la Madre Eugenia Ravasio tiene como objetivo hacernos conocer mejor a Dios Padre. Uno de los pasajes más conmovedores es cuando cuenta la historia de un alma que le ofendía constantemente con sus pecados y a la que, no obstante, Él acompañó pacientemente hasta la hora de su muerte. Poco antes de expirar, esta persona se arrepintió de la vida que había llevado e invocó al Padre. Solo puedo recomendaros leer este pasaje en su totalidad, pues os permitirá echar una mirada profunda al Corazón de nuestro Padre: https://www.amadopadrecelestial.org/mensaje (páginas 17 y 18).

En las próximas reflexiones, extraeré algunas frases de esta historia para meditar sobre ellas. Nuestro Padre dice lo siguiente acerca de esta alma:

“Esta alma ha sido siempre para mí como el hijo pródigo. Yo la colmaba de bienes; pero ella los despilfarraba, así como también todos esos dones gratuitos de su amantísimo Padre. Además, me ofendía gravemente”.

Aquí se manifiesta el amor providente de nuestro Padre Celestial, que no se retracta ni siquiera frente a un alma que no lo acoge. Más aún, ella ofende a Dios con su vida y no hay indicios de que quiera cambiar. Como tantas otras personas, probablemente daba por sentadas todas las bendiciones que Dios le concedía sin cuestionarse de quién procedían.

Probablemente, muchos de nosotros nos alejaríamos de una persona así en vista de tal ingratitud, más aún si responde a nuestra generosidad con ofensas. ¡Y eso sería comprensible!

Pero, ¿qué mueve a nuestro Padre y cómo afronta la ingratitud?

Dios nos mira de otra manera. Sin duda, le duele cada rechazo de su amor. Nadie mejor que Él sabe lo que eso significa. Y, sin embargo, Dios es amor y nunca deja de amar. Nuestro Padre es la luz que nunca deja de brillar, la verdad que nunca se muda.

¡Así que espera!