EL ‘LADO DÉBIL’ DE DIOS

“Hay que saber tomar [a Dios] del corazón; este es su lado débil…” (Santa Teresita del Niño Jesús).

Hoy nos encontramos con una maravillosa frase de Santa Teresita de Lisieux, una santa que se caracteriza por su especial ternura y sencillez. Ella nos aconseja tomar a nuestro Padre por el corazón; es decir, apelar a su amor por nosotros y al nuestro por Él.

En efecto, éste es un camino regio, porque así tocamos a Dios en pleno corazón. ¿Cómo podría sustraerse nuestro Padre Celestial si lo buscamos movidos por el amor y nos apoyamos confiadamente en su amor?

Sin duda, eso es lo que Él quiere de nosotros. En el Mensaje a la Madre Eugenia Ravasio, nuestro Padre habla en una ocasión de una falsa reverencia que las personas le rinden, y afirma:

“Este falso respeto (…) es una herida en la parte más sensible de mi Corazón; es un olvido, un desprecio a mi amor paternal por vosotros.”

Al aplicar estas palabras a nuestra meditación de hoy, concluiremos que, a la inversa, si le mostramos verdadera reverencia y amor, podremos reconocer a nuestro Padre tal como Él es y adquirir la imagen correcta de Él: nuestro amantísimo Padre.

Entonces, habremos llegado al centro de su Corazón e incluso podremos consolarlo. En efecto, Dios quiere darnos este libre acceso a su Corazón para que podamos extraer de él todo el amor y todo aquello que nos tiene preparado para nuestro camino. Hemos descubierto el “lado débil” de Dios, y Él nunca nos lo cerrará.

Santa Teresita dijo una vez que ella quería ser el amor en el corazón de la Iglesia. Quizá también podamos decir que, en el Corazón de nuestro Padre, queremos ser su consuelo.