EL CAMINO DE ADVIENTO – Día 6: “Belén a la luz de las profecías”

Dios mantiene vivo el anhelo de salvación en su Pueblo.

La tragedia al experimentar el propio pecado, las deficiencias de la vida, el anhelo de plenitud, el anhelo de una vida tal y como Dios la dispuso para nosotros; en definitiva, el anhelo de Dios mismo… Frente a todo esto, los profetas vienen a recordarnos: ¡Aquel que salvará a Israel y a los pueblos vendrá!

«Pero tú, Belén Efratá, la menor entre los clanes de Judá, de ti sacaré al que ha de ser el gobernador de Israel; sus orígenes son antiguos, desde tiempos remotos. Por eso, él los abandonará hasta el momento en que la parturienta dé a luz y el resto de sus hermanos vuelva con los hijos de Israel. Pastoreará firme  con la fuerza de Yahvé, con la majestad del nombre de Yahvé su Dios. Vivirán bien, porque entonces él crecerá hasta los confines de la tierra. Él será la paz» (Mi 5,1-4a).

Cuando la Palabra viva de Dios penetra en nosotros y la cultivamos a través del estudio y la meditación, esta despierta nuestro corazón y nuestro espíritu. Evita que nos perdamos en este mundo pasajero y nos hace recordar a Dios y sus preceptos.

Así, el Pueblo de Israel se convierte en un «pueblo expectante». Dios les ha hablado y ha sellado una alianza con ellos. Es su pueblo predilecto y lo prepara para la venida del Redentor.

«El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz. A los que vivían en tierra de sombras, una luz brillante los cubrió. Acrecentaste el regocijo, multiplicaste la alegría: alegría por tu presencia, como la alegría en la siega, como se regocijan repartiendo el botín» (Is 9,1-2).

«Reposará sobre él el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor del Señor. Y se inspirará en el temor del Señor. No juzgará por las apariencias, ni sentenciará de oídas. Juzgará con justicia a los débiles, con rectitud a los pobres de la tierra. Herirá al hombre cruel con la vara de su boca, con el soplo de sus labios matará al malvado» (Is 11,2-4).

Y aún más concretamente se le anuncia al Pueblo de Israel:

«El Señor mismo va a daros una señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrá por nombre Emmanuel» (Is 7,14).

Y a través del Profeta Zacarías:

«¡Exulta sin freno, Sión, grita de alegría, Jerusalén! Que viene a ti tu rey: justo y victorioso, humilde y montado en un asno, en una cría de asna» (Zac 9,9).

De muchas maneras, los profetas anuncian la Venida del Mesías. Y es aquí donde se necesita la luz del Espíritu Santo para reconocer cuándo se hacen realidad las profecías.

¡Ahora Belén está ya muy cerca! El ángel ya se ha puesto en camino y pronto se dirigirá a una verdadera hija de Israel…

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Meditación sobre la lectura del día: https://es.elijamission.net/el-tirano-ha-sido-vencido/

Meditación sobre el salmo del día: https://es.elijamission.net/2024/12/06/

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