“Un Niño nos nacerá: lo llamarán ‘Dios Fuerte’” (cf. Is 9,5).
“En Él, se bendecirán todas las naciones de la tierra” (cf. Gen 22,18).
En realidad, aun sin saberlo, todos los hombres lo esperan,
porque para Él hemos sido creados.
En realidad, aun sin saberlo, todos los hombres lo buscan,
porque Él ha depositado este anhelo en sus corazones.
En realidad, aun sin saberlo, todos los hombres pueden hallarlo,
porque «el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre» (Mt 7,8).
En realidad, aun sin saberlo, todos los hombres lo aman,
porque, a su vez, son amados por Él.
En realidad, aun sin saberlo, todos los hombres buscan un hogar,
pues están llamados a vivir en la familia de Dios.
En realidad, aun sin saberlo, todos los hombres buscan la verdadera paz, porque su Redentor es el «Príncipe de la paz» (cf. Is 9,5).
¿Por qué no lo saben?
¿Es que nadie se lo ha dicho?
¿O no lo han escuchado?
Por eso, oídlo todos:
«Un Niño nos nace en Belén».
Él es a quien esperas;
Él es a quien buscas;
Él es quien se deja encontrar por ti;
Él es a quien amas;
Él es tu hogar;
Él es tu paz…
Más aún:
es Él quien te espera a ti;
es Él quien te busca;
es Él quien te encuentra;
es Él quien te ama;
es Él quien quiere morar en ti;
es Él el Príncipe de la paz…
Entonces, ¡no pierdas más tiempo!
¡Dios lleva tanto tiempo esperándote!
¡En Él serás bendecido!
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Meditación sobre el evangelio del día: https://es.elijamission.net/el-esplendor-de-la-misericordia/
