“CONFIAR SIN LÍMITES”  

«Confía en mí sin límites y experimentarás día tras día el milagro de mi guía» (Palabra interior).

Sin duda, la falta de confianza es un obstáculo que impide muchas de las cosas que nuestro Padre querría realizar en nuestra vida. Además, no nos permite ver con claridad lo que Él ya ha hecho y sigue haciendo cada día en nuestro favor. Así, nos cuesta reconocer la sabiduría con la que Dios guía nuestra vida. A menudo estamos ocupados con las desgracias que nos suceden o que sospechamos que podrían sobrevenirnos. Esto nos bloquea para reconocer la obra de Dios, por decirlo de manera sencilla. Aunque con nuestros labios digamos que Dios tiene todo en sus manos, a menudo sigue habiendo una incertidumbre que nos limita.

Por eso, nuestro Padre nos exhorta a confiar sin límites. Se trata de una confianza que no se detiene ante nuestras propias fronteras, aunque estas puedan resultarnos dolorosas. Ciertamente, nuestro Padre no presupone que ya hemos alcanzado la condición de los ángeles o de los santos totalmente purificados, como si ya no hubiera obstáculos que superar entre Él y nosotros. Un día llegaremos a ese estado y, de hecho, en esta vida podemos alcanzarlo cada vez más. Pero nuestro Padre nos invita a confiar precisamente en las situaciones de oscuridad, cuando no comprendemos, sino hasta después, por qué Dios las ha permitido.

La confianza sin límites significa dejar atrás todas las seguridades terrenales y abandonarnos por completo a Dios. Cada día le pertenece y nuestra única tarea es cumplir su voluntad. Si nos esforzamos seriamente por hacerlo, entonces edificamos nuestra casa sobre un cimiento seguro. Ya no tendremos que dar vueltas a nuestros incesantes pensamientos, ponderaciones, fantasías, discusiones interiores, etc., que solo nos encierran en nosotros mismos, sino que pondremos la mirada en nuestro Padre y sabremos que Él, en su providencia, lo tiene todo preparado. Podremos abandonarnos día tras día y sin reservas al milagro de su guía paternal y reconocer cada vez mejor la sabiduría con la que Dios lo ha dispuesto todo. ¡Nuestros ojos se abrirán al milagro de su guía y veremos que nuestro Padre ha pensado en todo, incluso en aquellas cosas que solo entenderemos cuando la confianza sin límites nos conceda un anticipo del cielo!