Hoy meditaremos nuevamente un extracto del “Mensaje del Padre” a Sor Eugenia Ravasio, como solemos hacerlo el día 7 de cada mes. En esta ocasión, he escogido conscientemente un pasaje que se relaciona con la situación que actualmente se vive en el mundo.
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Deshaceos de la servidumbre tiránica
En tiempos como los que estamos viviendo, con la incertidumbre de lo que pueda traer el futuro y con la amenaza de un espíritu que se cierne como una sombra sobre muchas personas, se vuelven particularmente importantes y actuales los temas como la confianza y la libertad, si bien éstos son siempre elementales para la vida cristiana. Por eso, el pasaje que escucharemos hoy del “Mensaje del Padre” a Sor Eugenia Ravasio se presta especialmente para la situación actual, que a no pocas personas les resulta como una pesadilla. Sin embargo, esta crisis puede servirnos para aferrarnos más profundamente a Dios y crecer espiritualmente. De esta manera, puede alcanzarse una gran libertad, como la que tenían los mártires, cuya confianza y cuyo amor vencieron incluso el miedo a la muerte, por gracia de Dios.
SANTA INÉS – Parte IV: “Fiel hasta la muerte”
SANTA INÉS – Parte III: “Intacta en su pureza”
SANTA INÉS – Parte II: “Firme en la tribulación”
SANTA INÉS – Parte I: “Esposa de Cristo”
En la escuela de los padres del desierto (IV): EL COMBATE POR LA PUREZA
Durante las tres últimas meditaciones, desarrollamos un consejo indirecto que nos da San Antonio Abad, un sabio padre del desierto. En este contexto, reflexionamos sobre el combate en lo que escuchamos, hablamos y miramos, y vimos cuán necesario es colocar estos importantes ámbitos de la vida humana bajo el dominio de Dios y defenderlos contra múltiples ataques.
“El que está sentado en el desierto y procura tener el corazón calmado, ha quedado a salvo de tres combates: el de la escucha, el del habla y el de la vista. Sólo le queda un combate por librar: la lucha contra la impureza.”
En la escuela de los padres del desierto (III): EL COMBATE EN LO QUE MIRAMOS
Retomemos una vez más la meditación de estas palabras de San Antonio Abad:
“El que está sentado en el desierto y procura tener el corazón calmado, ha quedado a salvo de tres combates: el de la escucha, el del habla y el de la vista. Sólo le queda un combate por librar: la lucha contra la impureza.”
Los dos últimos días, habíamos reflexionado acerca del combate contra lo que escuchamos y contra lo que hablamos. Hoy nos dedicaremos a la lucha en relación con lo que miramos.
En la escuela de los padres del desierto (II): EL COMBATE EN LO QUE HABLAMOS
En la meditación de hoy, continuamos con el tema que habíamos iniciado ayer, en la memoria de San Antonio Abad. Volvamos a escuchar las palabras de este padre del desierto, para seguir describiendo el combate que los cristianos estamos llamados a librar:
La Madre de Dios
Si, al iniciar el año, ponemos nuestra mirada en la Madre del Señor, tal como la Iglesia nos insta a hacerlo, entonces todo se esclarece, a pesar de las nubes oscuras que actualmente se ciernen sobre el mundo.
Todo se esclarece, porque Tú, oh María, fuiste elegida como hija del género humano. Tú no solamente diste a luz al Hijo de Dios; sino que también lo seguiste como discípula. Así, el Señor te incluyó de forma especial en el plan de la salvación. Esto nos da esperanza, porque nuestro Padre, que te confió a su Unigénito, te convirtió también en Madre de la humanidad redimida.
