Una aclaración para todos aquellos que escuchan mis meditaciones diarias y nos han acompañado en este recorrido por el Evangelio de San Juan hasta el momento en que Pilato, el procurador romano, cedió a la presión de los enemigos de Jesús y lo entregó para que fuera crucificado: como mencioné en la meditación de ayer, puesto que los pasajes subsiguientes nos hubieran conducido directamente a la Crucifixión y Resurrección del Señor, he decidido posponerlos hasta que coincidan con los acontecimientos que conmemoramos en los tiempos litúrgicos que se acercan.
La serie sobre el Evangelio de San Juan fue un recorrido muy fructífero con el Señor, que suscitó una gran alegría y gratitud por todo lo que Él hizo para glorificar a su amado Padre y por nuestra salvación. Sus santas palabras y sus instrucciones a los discípulos y a todos los que le escuchaban con el corazón abierto dejaron una profunda huella.