“¿Cómo creerán sin que se les predique?”

Rom 10,9-18

Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvado. Pues con el corazón se cree para conseguir la justicia, y con la boca se confiesa para conseguir la salvación. Porque dice la Escritura: ‘Todo el que crea en él no será confundido.’ O sea, que no hay distinción entre judío y griego, pues uno mismo es el Señor de todos, rico para todos los que lo invocan. Pues todo el que invoque el nombre del Señor se salvará.

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Requisitos para la verdadera paz

Is 2,1-5 

Visión que tuvo Isaías, hijo de Amós, tocante a Judá y Jerusalén. Sucederá en días futuros: el monte de la Casa del Señor se afianzará en la cima de los montes, se alzará por encima de las colinas. Confluirán a él todas las naciones, acudirán pueblos numerosos. Dirán: “Venid, subamos al monte del Señor, a la Casa del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos y nosotros sigamos sus senderos.” Pues de Sión saldrá la Ley, de Jerusalén la palabra del Señor. juzgará entre las gentes, será árbitro de pueblos numerosos. Forjarán de sus espadas azadones, y de sus lanzas podaderas. No levantará la espada nación contra nación, ni se ejercitarán más en la guerra. Adelante, Casa de Jacob, caminemos a la luz del Señor.

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Sólo Dios es la verdadera esperanza

Lc 21,34-36

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Cuidad que no se emboten vuestros corazones por el vicio, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improviso sobre vosotros, porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad en vela, pues, orando en todo tiempo, para que tengáis fuerza, logréis escapar y podáis manteneros en pie delante del Hijo del hombre.”

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Permanecer firmes

Lc 21,12-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, llevándoos ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre: esto os sucederá para dar testimonio. Así pues, no os propongáis preparar vuestra defensa; porque yo os daré palabras y sabiduría que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. Seréis entregados incluso por padres y hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras vidas.”

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Solemnidad de Cristo Rey: «Mi Reino no es de este mundo»

Jn 18,33-37

En aquel tiempo, Pilato preguntó a Jesús: “¿Eres tú el rey de los judíos?” Respondió Jesús: “¿Dices eso por tu cuenta o es que otros te lo han dicho de mí?” Pilato contestó: “¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?” Respondió Jesús: “Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos; pero mi Reino no es de aquí.” Entonces Pilato le dijo: “¿Luego tú eres rey?” Respondió Jesús: “Sí, como dices, soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.”

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Obedecer a Dios antes que a los hombres

1Mac 2,15-29

Los enviados del rey, encargados de imponer la apostasía, llegaron a la ciudad de Modín para los sacrificios. Muchos israelitas acudieron donde ellos. También Matatías y sus hijos fueron convocados. Tomando entonces la palabra los enviados del rey, se dirigieron a Matatías y le dijeron: “Tú eres jefe ilustre y poderoso en esta ciudad, y estás bien apoyado de hijos y hermanos. Acércate, pues, el primero y cumple la orden del rey, como la han cumplido todas las naciones, los notables de Judá y los que han quedado en Jerusalén. Entonces tú y tus hijos seréis contados entre los amigos del rey, y os veréis honrados, tú y tus hijos, con plata, oro y numerosas dádivas.”

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Extraordinaria valentía

2Mac 7,1.20-31

En aquellos días, siete hermanos fueron apresados junto con su madre. El rey, para forzarlos a probar carne de puerco (prohibida por la Ley), los flageló con azotes y nervios de buey. Admirable de todo punto y digna de glorioso recuerdo fue también aquella madre que, al ver morir a sus siete hijos en el espacio de un solo día, sufría con valor porque tenía la esperanza puesta en el Señor.

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Fidelidad hasta la muerte

2Mac 6,18-31

En aquellos días, a Eleazar, uno de los principales escribas, hombre de edad avanzada y semblante muy digno, le abrían la boca a la fuerza para que comiera carne de cerdo. Pero él, prefiriendo una muerte honrosa a una vida de infamia, escupió la carne y avanzó voluntariamente al suplicio, como deben hacer los que son constantes en rechazar manjares prohibidos, aun a costa de la vida. Los que estaban encargados del banquete sacrificial contrario a la Ley, como ya conocían de antiguo a este hombre, lo ponían aparte y le invitaban a traer carne preparada por él mismo, que le fuera lícita, y a simular como si comiese la mandada por el rey, tomada del sacrificio. Lo hacían para que, obrando así, se librara de la muerte, y por su antigua amistad hacia ellos alcanzara benevolencia.

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¡Guardar fidelidad!

1Mac 1,10-15.41-43.54-57.62-64

En aquellos días, surgió un renuevo pecador de los descendientes de Alejandro Magno, Antíoco Epífanes, hijo del Rey Antíoco, que había estado como Rehén en Roma. Subió al trono el año ciento treinta y siete del imperio de los griegos. En aquellos días aparecieron en Israel algunos rebeldes que sedujeron a muchos diciendo: “Vamos, concertemos alianza con los pueblos que nos rodean, porque desde que nos hemos separado de ellos nos han sobrevenido muchos males.”

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