HECHOS DE LOS APÓSTOLES (Hch 8,26-40): “El bautizo del funcionario etíope”      

Un ángel del Señor le habló a Felipe: “Levántate y vete hacia el sur, a la ruta que baja de Jerusalén a Gaza y que está desierta”. Se levantó y se puso en camino. En esto, un hombre de Etiopía, eunuco, alto funcionario de Candace -la reina de Etiopía- y superintendente de su tesoro, que había venido a Jerusalén para adorar a Dios, volvía sentado en su carro leyendo al profeta Isaías. Le dijo entonces el Espíritu a Felipe: “Acércate y ponte al lado de ese carro”. Corrió Felipe a su lado y oyó que leía al profeta Isaías. Entonces le dijo: “¿Entiendes lo que lees?” Él respondió: “¿Cómo lo voy a entender si no me lo explica alguien?” Rogó entonces a Felipe que subiera y se sentase junto a él. El pasaje de la Escritura que iba leyendo era el siguiente: ‘Como oveja fue llevado al matadero, y como mudo cordero ante el esquilador, así no abrió la boca.

leer más

HECHOS DE LOS APÓSTOLES (Hch 8,14-25): “Pedro y Juan en Samaria”      

Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaría había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Éstos, nada más llegar, rezaron por ellos, para que recibieran el Espíritu Santo, pues aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que sólo estaban bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo. Al ver Simón que por la imposición de manos de los apóstoles se confería el Espíritu Santo, les ofreció dinero: “Dadme también a mí ese poder, para que cualquiera a quien yo imponga las manos reciba el Espíritu Santo”. Pero Pedro le respondió: “Que tu dinero vaya contigo a la perdición, por pensar que con dinero se puede conseguir el don de Dios. No tienes parte ni herencia alguna en esta empresa, porque tu corazón no es recto ante Dios. 

leer más

HECHOS DE LOS APÓSTOLES (Hch 8,1b-13): “Persecución y dispersión de la Iglesia primitiva”      

Aquel día se desató una gran persecución contra la Iglesia de Jerusalén. Todos, a excepción de los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaria. Unos hombres piadosos sepultaron a Esteban e hicieron gran duelo por él. Entretanto Saulo hacía estragos en la Iglesia; entraba por las casas, se llevaba por la fuerza hombres y mujeres, y los metía en la cárcel. Los que se habían dispersado iban por todas partes anunciando la Buena Nueva de la Palabra. Felipe bajó a una ciudad de Samaria y les predicaba a Cristo. La gente escuchaba con atención y con un mismo espíritu lo que decía Felipe, porque le oían y veían las señales que realizaba; pues de muchos posesos salían los espíritus inmundos dando grandes voces, y muchos paralíticos y cojos quedaron curados.

leer más

HECHOS DE LOS APÓSTOLES (Hch 7,51-60.8,1a): “El discurso y el martirio de San Esteban”    

El discurso de Esteban, plasmado en el capítulo 7 de los Hechos de los Apóstoles, es una síntesis de la historia salvífica de Dios con el pueblo de Israel. Vale la pena leerlo íntegramente. Debido a su extensión, en la meditación de hoy nos limitaremos a leerlo a partir del versículo 51.

Hch 7,51-60.8,1a

“¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos! ¡Vosotros siempre os estáis resistiendo al Espíritu Santo: como vuestros padres así también vosotros! ¿A qué profeta no persiguieron vuestros padres? Asesinaron a los que anunciaban la venida del Justo, del que ahora vosotros habéis sido traidores y asesinos, los que recibisteis la Ley por ministerio de ángeles y no la guardasteis”. Al oír esto ardían de ira en sus corazones y rechinaban los dientes contra él. Pero él, lleno del Espíritu Santo, miró fijamente al cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios, y dijo: “Mirad, veo los cielos abiertos y al Hijo del Hombre de pie a la diestra de Dios”. 

leer más

HECHOS DE LOS APÓSTOLES (Hch 6,1-7): “La elección de los siete diáconos y la persecución de Esteban”      

En aquellos días, al crecer el número de los discípulos, se levantó una queja de los helenistas contra los hebreos, porque sus viudas estaban desatendidas en la asistencia diaria. Los doce convocaron a la multitud de los discípulos y les dijeron: “No es conveniente que nosotros abandonemos la palabra de Dios para servir las mesas. Escoged, hermanos, de entre vosotros a siete hombres de buena fama, llenos de Espíritu y de sabiduría, a los que designemos para este servicio. Mientras, nosotros nos dedicaremos asiduamente a la oración y al ministerio de la palabra”. La propuesta agradó a toda la asamblea y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas y a Nicolás, prosélito de Antioquía.

leer más

HECHOS DE LOS APÓSTOLES (Hch 5,34-42): “El consejo de Gamaliel”      

Un fariseo llamado Gamaliel, maestro de la Ley y estimado por todo el pueblo, se levantó en el Sanedrín y mandó hacer salir un momento a aquellos hombres. Y les dijo: “Israelitas, tened cuidado de lo que vais a hacer con estos hombres. Porque hace poco se levantó Teudas, que decía ser alguien, y se le unieron unos cuatrocientos hombres; lo mataron y todos sus seguidores se disgregaron y quedaron en nada. Después de él se levantó Judas el Galileo en los días del empadronamiento, y arrastró al pueblo tras de sí; murió también y todos sus seguidores se dispersaron. Así pues, os digo ahora: desentendeos de estos hombres y dejadlos, porque si este designio o esta obra procede de hombres se disolverá; pero si procede de Dios no podréis acabar con ellos; no sea que os vayáis a encontrar combatiendo contra Dios”.

leer más

HECHOS DE LOS APÓSTOLES (Hch 5,21b-33): “Los apóstoles ante el Sanedrín”      

En cuanto llegaron el sumo sacerdote y los que le acompañaban, convocaron el Sanedrín y todo el consejo de ancianos de los hijos de Israel y enviaron a buscar [a los apóstoles] a la cárcel. Pero al llegar los alguaciles no los encontraron en la prisión, y regresaron y comunicaron la noticia: “Hemos encontrado la cárcel cerrada, bien custodiada, y a los centinelas firmes ante las puertas; pero al abrir no hemos encontrado a nadie dentro”. Cuando oyeron estas palabras el oficial del Templo y los príncipes de los sacerdotes, se quedaron perplejos por lo que habría sido de ellos. Llegó uno y les anunció: “Los hombres que metisteis en la cárcel están en el Templo y siguen enseñando al pueblo”. Entonces fue el oficial con los alguaciles y los trajo, no por la fuerza, porque tenían miedo de que el pueblo les apedrease. 

leer más

HECHOS DE LOS APÓSTOLES (Hch 5,12-21a): “Milagros y prodigios por mano de los apóstoles”      

Por mano de los apóstoles se obraban muchos milagros y prodigios entre el pueblo. Se reunían todos con un mismo espíritu en el pórtico de Salomón; pero ninguno de los demás se atrevía a unirse a ellos, aunque el pueblo los alababa. Se adherían cada vez más creyentes en el Señor, multitud de hombres y de mujeres, hasta el punto de que sacaban los enfermos a las plazas y los ponían en lechos y camillas para que, al pasar Pedro, al menos su sombra alcanzase a alguno de ellos. Acudía también mucha gente de las ciudades vecinas a Jerusalén, traían enfermos y poseídos por espíritus impuros, y todos ellos eran curados. El sumo sacerdote y todos los que le acompañaban, que eran de la secta de los saduceos, se levantaron llenos de envidia. 

leer más

HECHOS DE LOS APÓSTOLES (Hch 4,32-37): “Comunidad de bienes de la Iglesia primitiva”      

La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma, y nadie consideraba como suyo lo que poseía, sino que compartían todas las cosas. Con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús; y en todos ellos había abundancia de gracia. No había entre ellos ningún necesitado, porque los que eran dueños de campos o casas los vendían, llevaban el precio de la venta y lo ponían a los pies de los apóstoles; luego se repartía a cada uno según sus necesidades. Así, José, a quien los apóstoles dieron el sobrenombre de Bernabé -que significa ‘Hijo de la consolación’-, levita y chipriota de nacimiento, tenía un campo, lo vendió, trajo el dinero y lo puso a los pies de los apóstoles.

leer más

HECHOS DE LOS APÓSTOLES (Hch 4,23-31): “La oración de la Iglesia primitiva pidiendo valentía”    

Puestos en libertad [Pedro y Juan], vinieron a los suyos y les contaron lo que los príncipes de los sacerdotes y los ancianos les habían dicho. Ellos, al oírlo, elevaron unánimes la voz a Dios y dijeron: “Señor, Tú eres el que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, el que por el Espíritu Santo, por boca de nuestro padre David tu siervo, dijiste: ‘¿Por qué se han amotinado las naciones, y los pueblos han tramado empresas vanas? Se han alzado los reyes de la tierra, y los príncipes se han aliado contra el Señor y contra su Cristo’. Pues bien, en esta ciudad, Herodes y Poncio Pilato, con las naciones y con los pueblos de Israel, se aliaron contra tu santo Hijo Jesús, al que ungiste, para llevar a cabo cuanto tu mano y tu designio habían previsto que ocurriera. 

leer más