Viene un tiempo de regocijo

Is 65,17-21 

Esto dice el Señor: “Mirad, voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva; de las cosas pasadas ni habrá recuerdo ni vendrá pensamiento. Regocijaos, alegraos por siempre por lo que voy a crear. Voy a crear una Jerusalén “Regocijo” y un pueblo “Alegría”; me regocijaré en Jerusalén y me alegraré por mi pueblo, ya no se oirá en ella ni llanto ni gemido. leer más

La luz vino al mundo

Jn 3,14-21 

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: “Del mismo modo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que crea tenga en él vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.

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Quiero amor, no sacrificios

Os 6,1-6

Venid, volvamos al Señor; él ha desgarrado, pero nos curará; él ha herido, pero nos vendará. Dentro de dos días nos dará la vida, al tercer día nos hará resurgir y viviremos en su presencia. Dispongámonos a conocer, alcancemos el conocimiento del Señor: su salida es cierta como la aurora; nos llegará como lluvia temprana, igual que la lluvia tardía que empapa la tierra.

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Dios quiere sanar la infidelidad

Os 14,1-10

Esto dice el Señor: Vuelve Israel, al Señor tu Dios, pues tus culpas te han hecho caer. Preparaos unas palabras y volved al Señor. Decidle: “Quita toda culpa; acepta lo que hay de bueno; y te ofreceremos el fruto de nuestros labios. Asiria no nos salvará, no montaremos a caballo, y no diremos más ‘Dios nuestro’ a la obra de nuestras manos, oh tú, que te apiadas del huérfano.”

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Dar testimonio de Dios siempre

Dt 4,1.5-9

Moisés habló al pueblo, diciendo: “Ahora, Israel, escucha los preceptos y las normas que yo os enseño, para que las pongáis en práctica, a fin de que viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que os da Yahvé, Dios de vuestros padres. Mirad: como Yahvé mi Dios me ha mandado, yo os enseño preceptos y normas, para que los pongáis en práctica en la tierra en la que vais a entrar para tomar posesión de ella.

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Los profetas no lo tienen fácil

Lc 4,24-30 

Habiendo llegado Jesús a Nazaret, le dijo al pueblo en la sinagoga: “En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses y hubo gran hambre en todo el país; pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue curado sino Naamán, el sirio.”

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El amor de un padre

Lc 15,1-3.11-32

En aquel tiempo, todos los publicanos y los pecadores se acercaban a Jesús para oírle. Los fariseos y los escribas murmuraban: “Éste acoge a los pecadores y come con ellos.” Entonces les dijo esta parábola: “Un hombre tenía dos hijos. El menor de ellos dijo al padre: ‘Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde.’ Y el padre les repartió la hacienda.

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