“Orad en todo tiempo movidos por el Espíritu” (Ef 6,18).
Estamos llegando al final de los consejos de San Pablo para el combate espiritual. Sin duda, todos los creyentes saben cuán esencial es la oración, sin la cual no puede haber vida espiritual. Si descuidamos la oración, siempre corremos el peligro de que las tentaciones nos venzan más fácilmente, de que aumenten las distracciones y de que la seducción del mundo tenga mayor influencia sobre nosotros. Entonces también somos más débiles y susceptibles a la hora de librar el combate que nos ha sido encomendado con las armas correspondientes.
Si, por el contrario, aprovechamos las ocasiones que nos brinda el Señor para orar, nuestra alma estará preparada y será dócil a la guía del Espíritu Santo. Por medio de la oración, seremos capaces de conquistar fortalezas con el Señor.