“¿De qué sirve una llave de oro si no abre la puerta de la verdad?” (San Agustín).
“El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en sus manos” (Jn 3,35).
“Precisamente allí donde las esperanzas humanas caen más bajo, se eleva más alto la confianza en Dios. Porque donde se desvanece toda ayuda humana, deja lugar al auxilio divino” (San Ignacio de Loyola). leer más
“La mayoría de personas no tiene ni idea de lo que Dios podría hacer de ellas si tan sólo se pusieran a su disposición” (San Ignacio de Loyola) leer más
“Confesaré su nombre en la presencia de mi Padre y delante de sus ángeles” (Ap 3,5).
“Padre, la hora ha llegado” (Jn 17,1).
“Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir, fijaré en ti mis ojos” (Sal 31,8).
“Para esto se manifestó el Hijo de Dios: para destruir las obras del diablo” (1Jn 3,8).
“He venido a traer la paz con esta “obra de amor”: si alguien me honra y confía en mí, haré descender sobre él un rayo de paz” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio).
“Mi existencia permanece oculta para mí hasta que Tú, oh Dios, me miras, y mi oscuridad se vuelve tan clara como el mediodía” (San Agustín).