«El buen Dios, que nos guía como le place, lo tiene todo preparado, con poder y cuidado, desde tiempos remotos» (San Charles de Foucault). leer más
Showing all posts in 3 minutos para Abbá
“COMO EL HIJO DE DIOS”
«Unge a las personas con misericordia y consuelo, como lo hizo el Hijo de Dios» (Santa Hildegarda de Bingen). leer más
“LA SENDA DE LA JUSTICIA”
«En la senda de la justicia está la vida» (Prov 12,28).
Si buscas la vida, camina por la senda de la justicia.
“DIOS NOS TIENE EN SU MANO”
«Regocíjate, pues Dios te tiene tan firme en su mano que de ninguna manera necesitas apoyarte en tu propia seguridad» (Santa Hildegarda de Bingen).
“EL ESPÍRITU DE FAMILIARIDAD”
«Quisiera que surja una gran confianza entre el hombre y su Padre del cielo, un verdadero espíritu de familiaridad y delicadeza al mismo tiempo, para que mi gran bondad no sea abusada» (Mensaje de Dios Padre a Sor Eugenia Ravasio).
AVISO
UNA LIBERACIÓN MÁS PROFUNDA
«¿Quién advierte sus propios errores? Límpiame, Señor, de las faltas ocultas» (Sal 19,13).
No siempre somos conscientes de todas las faltas que aún llevamos dentro. Nuestro autoconocimiento no llega a las últimas profundidades, por lo que es posible que aún haya contenidos en nuestro inconsciente que, una vez que los percibamos, tendremos que rechazar y llevar ante el Señor para que nos purifique.
EL TEMA INAGOTABLE
«Ven, elegida mía, y pondré mi trono en tu corazón» (Antífona del común de vírgenes).
Una y otra vez, el amor es el gran tema. No es de sorprenderse, ya que fue por amor que nuestro Padre lo creó, lo redimió y lo santifica todo. El amor es lo más grande, que otorga un sentido profundo a todo cuanto existe. Sin amor, todo sería «como bronce que resuena» (1 Co 13, 1). Por tanto, si nuestro Padre celestial nos llamó a la existencia movido por el amor, entonces este amor es lo más importante en nuestra vida. Si por un amor humano estamos dispuestos a organizar todo en función de él y a comprometernos de por vida, cuánto más hemos de estarlo cuando descubrimos el amor divino. Por su causa, podemos dejarlo todo atrás para entregarnos a él sin reservas.
“EL PEQUEÑO REBAÑO”
«No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el Reino» (Lc 12,32).
“LA AMADA DE DIOS PARA SIEMPRE”
«Oh, mi buen Señor, si tan sólo mi alma pudiera llamarse tu amada» (Beato Enrique Suso). leer más