Ap 3,1-6.14-22
Yo, Juan, escuché al Señor que me decía: “Al ángel de la iglesia de Sardes escríbele: Esto dice el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas: conozco tu conducta; tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto. Mantente en vela y reanima lo que te queda, pues está a punto de morir. Pues he descubierto que Dios no considera perfectas tus obras. Acuérdate, por tanto, de cómo recibiste y oíste mi palabra: guárdala y arrepiéntete. Porque, si no estás en vela, vendré como ladrón, sin que sepas a qué hora caeré sobre ti. Tienes, no obstante, en Sardes unos pocos que no han manchado sus vestidos. Ellos andarán conmigo vestidos de blanco, porque lo merecen. El vencedor será así revestido de blancas vestiduras, y no borraré su nombre del libro de la vida, sino que me declararé a su favor delante de mi Padre y de sus ángeles. El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.