Fiesta de San Lucas, evangelista: “Os envío como ovejas en medio de lobos”    

NOTA: Al ser hoy la Fiesta del evangelista San Lucas, interrumpiremos nuestra serie sobre las vidas de los santos y meditaremos el pasaje previsto para esta ocasión, tomado del Evangelio de san Lucas.

Lc 10,1-9

En aquel tiempo, el Señor designó a otros setenta y dos y los envió por delante, de dos en dos, a todas las poblaciones y sitios adonde él había de ir. Pero antes les dijo: “La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Id, pero sabed que os envío como ovejas en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino. Si entráis en una casa, decid primero: ‘Paz a esta casa’. Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros. Permaneced en la misma casa, comed y bebed lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. Si entráis en un pueblo y os acogen, comed lo que os pongan; curad los enfermos que haya en él, y decidles: ‘El Reino de Dios está cerca de vosotros’.” leer más

Santa Margarita María Alacoque y el Corazón del Redentor

Quienes reciben un encargo especial del Señor no siempre lo tienen fácil. Se les presentan resistencias de todo tipo, a menudo precisamente por parte de las personas más cercanas con las que conviven. Sin embargo, es precisamente en tales circunstancias, cuando los elegidos se aferran a su misión a pesar de todas las dificultades, cuando la obra de Dios fructifica, dejando patente su origen divino.

Así sucedió con santa Margarita María Alacoque, cuya fiesta celebramos hoy según el calendario tradicional.

Nació el 22 de julio de 1647 en Borgoña (Francia). Era la quinta de siete hijos de Claude Alacoque, un notario acomodado, y su esposa, Filiberta Lamyn. A los ocho años quedó huérfana de padre y fue enviada a un internado de clarisas. A los diez años contrajo poliomielitis y permaneció postrada en cama durante cuatro años. Tras hacer un voto de ingresar en una orden religiosa, se curó de forma repentina y milagrosa.

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Santa Eduvigis: acrisolada por el sufrimiento y amante de los pobres

Con alegría, me aventuré a realizar esta serie sobre la vida de los santos para meditarla y sacar provecho de su ejemplo. Pero no sabía lo que me esperaba ni las personas maravillosas que encontraría. En ellas, la vida de Cristo se vuelve tan palpable que ni siquiera merece la pena prestar atención a nuestros propios esfuerzos, que son tan insignificantes en comparación con los que ellos asumieron para seguir al Señor. Así, su brillante ejemplo nos da una lección de humildad.

¡Qué santos y santas tan heroicos han hecho y siguen haciendo brillar la luz de Dios en el mundo! ¡Con qué paciencia y perseverancia siguieron al Señor sin dejarse intimidar por las dificultades que encontraron en su camino! En ellos, el Cordero de Dios ha dejado testigos inolvidables impresos en el firmamento de la Iglesia.

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Santa Teresa de Ávila: lumbrera para los buscadores de Dios

Quienes se interesen por el camino interior en el seguimiento de Cristo, pronto se toparán con Santa Teresa de Ávila, proclamada doctora de la Iglesia por el Papa Pablo VI en 1970.

Teresa nació el 28 de marzo de 1515 como la tercera hija del segundo matrimonio de don Alonso Sánchez de Cepeda. Era considerada una niña muy piadosa y sus padres fomentaban esta piedad mediante la lectura de libros apropiados, especialmente sobre la veneración de María y las historias de los santos.

A los dieciséis años, su padre la envió al convento de las agustinas de Ávila para que continuara su formación. Sin embargo, tuvo que abandonarlo a los dieciocho meses por motivos de salud.

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“LA ESPERA DE NUESTRO PADRE”

«Yo la esperaba» —afirma nuestro Padre en su relato sobre aquella alma que no quería escucharle y que lo ofendía constantemente con su forma de vivir. Aquí se expresa la gran espera de nuestro Padre celestial por todos los hombres, a quienes ha destinado a la comunión eterna con Él. Él espera todo el tiempo, mientras aún no hayamos entrado en la eternidad, donde ya no volveremos a alejarnos de su lado. Solo entonces la espera se consumará en una fiesta de imperturbable alegría. A veces, en esta vida, podemos pregustar algo de esta alegría, pero su plenitud sigue siendo una promesa.

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“EL TRATO AMOROSO DEL PADRE HACIA UN ALMA INGRATA”

El Mensaje del Padre Celestial a la Madre Eugenia Ravasio tiene como objetivo hacernos conocer mejor a Dios Padre. Uno de los pasajes más conmovedores es cuando cuenta la historia de un alma que le ofendía constantemente con sus pecados y a la que, no obstante, Él acompañó pacientemente hasta la hora de su muerte. Poco antes de expirar, esta persona se arrepintió de la vida que había llevado e invocó al Padre. Solo puedo recomendaros leer este pasaje en su totalidad, pues os permitirá echar una mirada profunda al Corazón de nuestro Padre: https://www.amadopadrecelestial.org/mensaje (páginas 17 y 18).

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