Mt 28,16-20
Evangelio correspondientes a la memoria de San Pablo Miki y compañeros
En aquel tiempo, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
Mt 28,16-20
Evangelio correspondientes a la memoria de San Pablo Miki y compañeros
En aquel tiempo, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
“Si me conocéis, me amaréis, y a amaréis a mi Hijo predilecto más de lo que lo amáis ahora” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio).
Ciertamente todos nosotros queremos amar a nuestro Señor Jesucristo más de lo que lo hacemos ahora. En Navidad le hemos dicho al Niño Jesús lo que se expresa en un hermoso villancico alemán: “Mi corazón quiero entregarte; y todo lo que tengo, darte”. Día tras día, se nos invita a crecer en el amor por nuestro Salvador y por los hombres. leer más
1 Cor 2,1-5
Hermanos, cuando yo vine a vosotros, no vine a anunciaros el misterio de Dios con elocuencia o sabiduría sublimes, pues no me he preciado de saber otra cosa entre vosotros sino a Jesucristo, y a éste, crucificado.
“Aun si las personas se encuentran con mi ‘ira’, quiero que sepan que las amo y las llamo a la conversión” (Palabra interior).
“El Señor corrige a quien ama” (Hb 12,6). La intención de nuestro Padre es siempre la de llamarnos a la conversión. Si permite que las personas sientan las consecuencias de su actuar, es decir, que se encuentren con su “ira”, entonces también esto lo hace movido por amor, con el fin de sacudirlas y despertarlas. A veces parece no haber otra alternativa para apartar a la persona de sus malos caminos y hacer que se vuelva a Dios.
Mc 6, 30-34
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: “Venid vosotros solos a un lugar apartado, y descansad un poco.” Porque eran muchos los que iban y venían, y ni siquiera tenían tiempo para comer.
“Él conoce nuestra masa, se acuerda de que somos barro” (Sal 102,14).
¡Qué bueno y reconfortante es el hecho de que nuestro Padre nos conozca tan bien! Nada está oculto ante Él, y lo maravilloso es que siempre podemos acercarnos llenos de confianza a Él. Ante Dios nadie puede gloriarse (cf. Ef 2,9), y eso es bueno para contrarrestar nuestro orgullo.
Mc 6,14-29
En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de él. Algunos decían: “Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos, y por eso actúan en él fuerzas milagrosas.” Otros decían: “Es Elías.; otros: “Es un profeta como los demás profetas.” Al enterarse Herodes, comentó: “Seguro que aquel Juan, a quien yo decapité, ha resucitado.”
“Cada día es importante, a cada hora ofrezco mi salvación a los hombres. Tú has de servir a llevarla a los hombres, para alegría de tu Padre que te ama” (Palabra interior).
Estamos llamados a vivir en el “kairós”; es decir, estar conscientes de que HOY es el “tiempo propicio” y el día en que se ofrece la salvación a los hombres (cf. 2Cor 6,2). El camino hacia ella está abierto: “Si escucháis HOY su voz, no endurezcáis vuestro corazón” (Sal 95,7-8).
Lc 2,22-40
Cuando se cumplieron los días en que debían purificarse, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: ‘Todo varón primogénito será consagrado al Señor’, y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.
“Atesora oro indestructible en la cámara del tesoro de Dios” (Palabra interior).
En nuestro camino de seguimiento de Cristo, nuestro Padre nos permite tener parte en los sufrimientos de Cristo (cf. Col 1,24). Pueden sobrevenirnos persecuciones y calumnias por causa del Nombre de Jesús. Si nos aferramos a la verdad por amor a Dios, no es raro que surjan conflictos con aquellos que no quieren aceptar la verdad, y esto es causa de sufrimiento. Jesús mismo nos lo predijo: “Si me han perseguido a mí, también a vosotros os perseguirán” (Jn 15,20).