“Quien permanece en la doctrina, ése posee al Padre y al Hijo” (2Jn 1,9).
La verdadera comunión con el Padre y el Hijo tiene lugar cuando permanecemos en la recta doctrina, nos dice el Apóstol San Juan.
Nuestro Padre no puede penetrar en el corazón de una persona ni morar en él cuando ella no permanece en la doctrina que recibió de los apóstoles. El amor de Dios siempre va de la mano con la verdad que Él nos transmite a través de la Sagrada Escritura y la auténtica doctrina de la Iglesia, la cual nos recuerda por medio del Espíritu Santo.
