Empecemos hoy hablando un poco sobre la “oración de recogimiento”, que es capaz de conducirnos a la “antesala” de la contemplación, de manera que es la parte que nosotros podemos aportar para que el Señor encuentre el terreno preparado y pueda concedernos la oración contemplativa, si Él lo quiere.
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“LA RESPUESTA SOY YO MISMO”
“Yo mismo he depositado en los corazones de los hombres la búsqueda de mí. ¡Y Yo mismo soy la respuesta!” (Palabra interior).
¿Por qué el hombre busca?
Porque el Padre mismo ha depositado este anhelo en su corazón y, conforme a las inolvidables palabras de San Agustín, “nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti” (Confesiones, I, 1).
ITINERARIO CUARESMAL | Día 25: “Sobre la contemplación (I)”
A lo largo de nuestro itinerario cuaresmal, he mencionado varias veces la oración contemplativa. Aunque no todas las personas lleguen a experimentar los diversos niveles de la contemplación, es bueno al menos saber de qué se trata esta forma de oración. Al abordar este tema, tendré muy en cuenta que la mayoría de las personas que escuchan estas meditaciones no viven en un monasterio, totalmente inmersas en una vida contemplativa. Espero que algunos aspectos de esta meditación sobre la contemplación sean de provecho para que nuestra vida y nuestra oración se vuelvan aún más receptivas a la presencia de Dios.
“NO CONFIÉIS EN LOS PRÍNCIPES”
(Sal 145,3.5)
La invitación que nuestro Padre nos dirige una y otra vez a confiar en todo y del todo en Él, viene acompañada de la advertencia de no buscar ni en los príncipes ni en hombre alguno la seguridad existencial de nuestra vida.
ITINERARIO CUARESMAL | Día 24: “Dar el lugar correcto a los mensajes proféticos”
Hoy retomamos el tema de las “apariciones y revelaciones privadas”. Éstas últimas son los mensajes recibidos en apariciones o alocuciones interiores.
Ayer hice énfasis en que debemos prestarles atención, porque –siempre y cuando sean auténticas– son pautas que nos da el Señor, mostrándonos un camino y proporcionándonos ayuda en la situación concreta en que nos encontremos, ya sea a nivel del mundo como de la Iglesia.
EN MI CORAZÓN ESTÁ TU HOGAR
“En mi Corazón estás en casa, siempre y para siempre. Allí encuentras todo, aun en la más densa oscuridad” (Palabra interior).
Sentirse en casa es un anhelo profundamente arraigado en el hombre. El hogar es el sitio donde puede ser como es, donde no se siente amenazado, donde se sabe amado, donde se ubica…
ITINERARIO CUARESMAL | Día 23: “Escuchar a los profetas”
La lectura de hoy, tomada del Libro de Jeremías, nos recuerda que debemos escuchar a los profetas. Dios nos habla a través de ellos, para guiarnos de vuelta al camino recto. Sabemos que, desde que envió a su propio Hijo al mundo, Dios nos habla a través suyo (Hb 1,1-2) y con la voz de la Iglesia; no obstante, sería erróneo excluir ahora por completo la dimensión profética. El Señor le dice a Jeremías:
“NO CONFIÉIS EN LOS PRÍNCIPES”
“No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar (…).
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios.” (Sal 145,3.5)
La invitación que nuestro Padre nos dirige una y otra vez a confiar en todo y del todo en Él, viene acompañada de la advertencia de no buscar ni en los príncipes ni en hombre alguno la seguridad existencial de nuestra vida.
ITINERARIO CUARESMAL | Día 22: “Fidelidad a la Tradición”
Empecemos la meditación de este día escuchando las palabras que el Señor dirige a sus discípulos en el evangelio de hoy:
“No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolirlos sino a darles su plenitud. En verdad os digo que mientras no pasen el cielo y la tierra, de la Ley no pasará ni la más pequeña letra o trazo hasta que todo se cumpla. Así, el que quebrante uno solo de estos mandamientos, incluso de los más pequeños, y enseñe a los hombres a hacer lo mismo, será el más pequeño en el Reino de los Cielos. Por el contrario, el que los cumpla y enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos” (Mt 5,17-19).
“CONFÍA EN MÍ SIN RESERVAS”
“Confía en mí sin reservas” –escuché un día en la oración.
El amor de nuestro Padre nos invita a confiar ilimitadamente en Él. No hay nada que Dios no sepa; Él nos conoce mejor que nosotros mismos, conoce nuestro corazón:
“Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.” (Sal 138,1-3)