“PRUEBAS DE NUESTRO AMOR”  

«El tiempo para dar pruebas de nuestro amor es breve, y solo tenemos una vida» (San Maximiliano María Kolbe).

Tienes razón, querido Maximiliano Kolbe. El tiempo apremia y, a menudo, somos perezosos y lentos a la hora de hacer el bien. Esto se debe a que aún no amamos lo suficiente a nuestro Padre celestial y no alcanzamos a comprender la increíble oportunidad que tenemos de ser luz en medio de la oscuridad, honrando así a Dios y sirviendo a los hombres. En efecto, cada día es un regalo para dar pruebas de nuestro amor.

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La sabiduría de entregarse a Dios

Sab 9,13-19

¿Qué hombre conocerá el designio de Dios?, o ¿quién se imaginará lo que el Señor quiere? Los pensamientos de los mortales son frágiles e inseguros nuestros razonamientos, porque el cuerpo mortal oprime el alma y esta tienda terrena abruma la mente pensativa. Si apenas vislumbramos lo que hay sobre la tierra y con fatiga descubrimos lo que está a nuestro alcance, ¿quién rastreará lo que está en el cielo?, ¿quién conocerá tus designios, si tú no le das sabiduría y le envías tu santo espíritu desde lo alto? Así se enderezaron las sendas de los terrestres, los hombres aprendieron lo que te agrada y se salvaron por la sabiduría. leer más

Firmes en la fe

Col 1,21-23

Hermanos: en otro tiempo vosotros erais extraños y enemigos de Dios por vuestros pensamientos y malas obras, ahora sin embargo os reconcilió mediante la muerte sufrida en su cuerpo de carne, para presentaros santos, sin mancha e irreprochables delante de él, con tal de que permanezcáis cimentados en la fe, firmes e inconmovibles en la esperanza del Evangelio que escuchasteis, que fue predicado a toda criatura que hay bajo el cielo, y del cual yo, Pablo, he sido constituido servidor. leer más

“NADA MÁS NOBLE Y EXCELSO QUE SERVIR A DIOS”  

«Observad los mandamientos del Señor. No hay nada más noble y excelso que servir a Dios» (San Lorenzo Justiniano).

Estas palabras fueron pronunciadas por San Lorenzo Justiniano, patriarca de Venecia, cuya fiesta celebramos hoy según el calendario tradicional. Este fue su último discurso antes de morir. Luego murió diciendo: «Vengo a ti, oh Jesús».

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Nuevos caminos sobre sendas seguras

Lc 5,33-39

En aquel tiempo, los fariseos y escribas le dijeron a Jesús: “Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y recitan oraciones, igual que los de los fariseos, pero los tuyos no se privan de comer y beber.”  Jesús respondió: “¿Podéis acaso hacer ayunar a los invitados a la boda mientras el novio está con ellos? Días vendrán en que les será arrebatado; entonces ayunarán, cuando lleguen esos días.” Les dijo también una parábola: “Nadie rompe un vestido nuevo para echar un remiendo a uno viejo, porque, si lo hace, desgarraría el nuevo, y al viejo no le iría el remiendo del nuevo. Nadie echa tampoco vino nuevo en odres viejos; porque, si lo hace, el vino nuevo reventaría los odres, el vino se derramaría y los odres se echarían a perder. Hay que echar el vino nuevo en odres nuevos. Nadie, después de beber el vino añejo, quiere del nuevo, porque dirá: El añejo es el bueno.” leer más

Por tu Palabra…

Lc 5,1-11

En aquel tiempo, estando Jesús a la orilla del lago de Genesaret, la gente se agolpaba a su alrededor para oír la Palabra de Dios. En esto vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían bajado de ellas y estaban lavando las redes. Subió entonces a una de las barcas, que era de Simón, y le rogó que se alejara un poco de tierra. Se sentó y empezó a enseñar desde la barca a la muchedumbre. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: “Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.” Simón le respondió: “Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.”

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“VERDADERA UNIDAD”  

«¿No tenemos todos nosotros un mismo Padre? ¿No nos ha creado el mismo Dios?» (Mal 2,10).

En estas palabras, amado Padre, vislumbramos la unidad entre todos los hombres, tal y como Tú la dispusiste. Todos hemos sido creados a tu imagen y semejanza, y todos estamos llamados a estar contigo en la eternidad. Sin embargo, esto solo puede suceder si vivimos conforme al orden que Tú has establecido. Puesto que nos has creado con libre albedrío, podemos fallar en nuestra meta si abusamos de la libertad que nos has otorgado.

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“LA LUZ DEL EVANGELIO”

«Cuanto más leamos el Evangelio, más fuertes seremos» (San Pío X).

Asimilar las palabras del Señor, interiorizarlas y ponerlas en práctica es la brújula segura en nuestro camino en pos de Cristo, siempre y cuando lo hagamos en consonancia con el auténtico Magisterio de la Iglesia. Se trata de la Palabra de Dios, no de reflexiones humanas. Es capaz de iluminarnos y fortalecernos, como dicen las mismas Escrituras:

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Signos del Reino de Dios

Lc 4,38-44

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con mucha fiebre, y le rogaron por ella. Entonces se inclinó sobre ella y conminó a la fiebre; y la fiebre la dejó. Ella se levantó al punto y se puso a servirles. A la puesta del sol, todos cuantos tenían enfermos de diversas dolencias se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. Salían también demonios de muchos, gritando y diciendo: “Tú eres el Hijo de Dios.” Pero él les conminaba y no les permitía hablar, porque sabían que él era el Cristo. Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar solitario. Cuando la gente que lo andaba buscando llegó donde él, trataron de retenerle para que no les dejara. Pero él les dijo: “También en otros pueblos tengo que anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios, porque a esto he sido enviado.” E iba predicando por las sinagogas de Judea.

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