ARDOR DIEZ VECES MAYOR

“Ya que entonces decidisteis alejaros de Dios, convertíos y buscadle ahora con ardor diez veces mayor” (Bar 4,28).

No pocas veces sucede que, dejándose seducir por la agitación de estos tiempos confusos, las personas empiezan a llevar una vida de pecado y se alejan así de nuestro divino Padre. En consecuencia, tampoco pueden corresponder debidamente a su vocación como personas.

Por el otro lado, existen también aquellas personas que, aunque conocen la fe y se abstienen de cometer pecados graves, nunca han ardido realmente por Dios. También ellas carecen de la plenitud y del verdadero amor, de modo que sus almas no pueden resplandecer en toda su belleza.

Por gracia de Dios, puede llegarles una hora en que se encuentran con el amor de Dios y se les abren los ojos. Entonces el corazón confundido o aletargado se despierta. El alma desborda de gratitud por la misericordia y la bondad de Dios, y no se cansa de asegurarle su amor al Señor.

Pero tal vez entonces se le viene a la memoria todo lo que ha desaprovechado, todo lo que podría haber hecho en su vida con la gracia de Dios, pero no lo hizo… En vista de ello, puede invadirle la tristeza.

Aquí entra en juego la cita del Libro de Baruc, que se convierte en un ancla de esperanza para evitar que el alma se suma en la tristeza. ¡Aún no es demasiado tarde! ¡Qué consuelo!

“Buscadle con ardor diez veces mayor.”

Nuestro Padre, que nos conoce tan a profundidad, nos indica un camino para que podamos recuperar lo que hemos desaprovechado. Así, podemos mirar hacia adelante. Cada día nos concede la oportunidad de servir al Señor con gran fervor. El recuerdo del tiempo en que vivíamos en la confusión y en la indiferencia puede incluso convertirse en una espina que nos estimula a un mayor celo.

¡Con qué fervor sirvió al Señor el Apóstol de los Gentiles tras su conversión; él que incluso lo había perseguido en sus fieles!

Convertirse y buscar a Dios con ardor diez veces mayor: esa es la instrucción que nos da el Señor. ¡El Espíritu Santo nos lo recordará!