“ALEGRÍA AUN EN LA DIFICULTAD”  

«A través de mi Ley, quisiera hacerles vivir una vida más feliz» (Mensaje de Dios Padre a Sor Eugenia Ravasio).

Nuestro Padre quiere concedernos una vida de alegría en este mundo, a pesar de que está cargado de desgracias. Una vez le preguntaron a Benedicto XVI cómo podía seguir siendo feliz si, como Papa, recibía noticias de tantos sufrimientos y problemas. Él simplemente respondió que a nadie, ni siquiera a los que sufren, les serviría de nada que él se dejara robar la alegría. Es así, de hecho: una persona que vive en la alegría de Dios trae luz a este mundo. Al vivir en armonía con nuestro Padre, se crea un espacio de verdadera paz, un pedazo de cosmos en orden, una criatura que se atiene a la voluntad y a las leyes de su Creador.

Pero no solo es una bendición, un consuelo y un destello de esperanza para este mundo caído, sino también para nuestros hermanos que ya gozan de la visión beatífica de Dios en el cielo. Ellos están pendientes de nosotros para servirnos y alabar a Dios junto a nosotros. ¿Podemos imaginarnos la paz que sienten cuando una persona recorre el camino de su Padre y de nuestro amado Padre? ¿No dijo Jesús que en el cielo hay gran alegría cuando un pecador se convierte (cf. Lc 15,7)?¿Y nosotros? Si observamos su Ley, nuestro Padre se convertirá en la fuente de nuestra incesante alegría. Reconoceremos cada vez mejor su sabiduría. Cada día nos convertirá en una escuela de su amor y la alegría crecerá. Incluso los días sombríos los aprovechará Dios para formarnos en su amor.

Pero, ¿qué hemos de hacer cuando vemos tanta confusión reinando en el mundo? Sigue siendo doloroso verlo y, a menudo, nos sentimos impotentes e incapaces de cambiarlo. Tampoco podemos tapar esta realidad. Sin embargo, la relación con nuestro Señor y la alegría que de ella se deriva nos darán la certeza de que esta situación no se encuentra oculta a Dios y que Él, en su omnipotencia y misericordia, sabrá incluirla en su plan de salvación. Así, a pesar de toda la oscuridad y la confusión que nos rodean, podemos permanecer alegres en el Señor.