Los “3 minutos para Abbá” están previstos especialmente para la así llamada “Familia de Abbá”. Si alguien se encontró con estas meditaciones por casualidad o porque alguien se las hizo llegar y quisiera saber más sobre la “Familia de Abbá”, puede ponerse directamente en contacto conmigo (el Hno. Elías) a través de la siguiente dirección de correo electrónico: contact@jemael.org
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Como Dios Padre promete en el Mensaje a la Madre Eugenia Ravasio, se derramarán grandes gracias sobre la humanidad cuando la Iglesia cumpla su deseo de establecer un culto especial a la Primera Persona de la Santísima Trinidad, instaurando una Fiesta litúrgica en su honor. Éste es su gran deseo, como nos da a entender en el Mensaje a Sor Eugenia:
“Que un día, o al menos un domingo, sea consagrado para honrarme especialmente bajo el nombre “PADRE DE TODA LA HUMANIDAD”. Para esta fiesta, quisiera una Misa y un Oficio propios. No es difícil encontrar los textos apropiados en la Sagrada Escritura. Si preferís rendirme este culto especial un domingo, elijo para ello el primer domingo de agosto; si tomáis un día de la semana, prefiero que sea siempre el 7 de este mismo mes.”
Puesto que esta revelación privada fue suficientemente examinada por la Iglesia y reconocida como sobrenatural, podemos suponer que las promesas de nuestro Padre se cumplirán y que la Fiesta en su honor formará parte de la vida de la Iglesia y de la humanidad.
Aunque sólo la jerarquía de la Iglesia tiene la potestad de instaurar una Fiesta Litúrgica así, nosotros –los fieles– podemos rezar fervientemente para que esto suceda y también podemos celebrar desde ya cada 7 de agosto como un día especialmente consagrado a Dios Padre. Consideremos quién es el que está expresando este deseo… ¡Y todo deseo de nuestro Padre Celestial debe ser sagrado para nosotros, más aún si lo ha expresado ya desde hace tanto tiempo!
Entonces, tomemos nota de estos dos primeros puntos sobre cómo podemos practicar desde ya el culto especial con que el Padre quiere ser honrado por nosotros: 1) orar por la instauración de esta Fiesta litúrgica; 2) dedicar de forma especial a Dios Padre el día 7 de agosto.