Amado Niño, ya casi hemos llegado al final de estas meditaciones de Navidad, y también el año está a punto de culminar.
Amado Señor, ha sido un año tan extraño e incluso absurdo para muchas personas… ¿A quién podrán dirigirse si no a Ti, que incluso en tiempos tan confusos estás presente, y quizá de forma especial cuando ves la necesidad y angustia de las personas?
¿Qué quieres darnos a entender a través de los acontecimientos de este año? Amado Niño Jesús, habría tanto que decir al respecto, pero un mensaje es seguro: Aunque todo empiece a tambalear, Tú eres y seguirás siendo el mismo. Tampoco ha cambiado el mensaje de la Navidad: ¡Alegraos, Cristo ha nacido! (cf. Lc 2,10-11)
