Durante las tres primeras semanas de Adviento, nos hemos preparado para la Venida del Señor desde tres perspectivas diferentes.
- En la primera semana, meditamos sobre la venida histórica de Jesús al mundo a través de los textos bíblicos y la liturgia, que atestiguan el advenimiento del Redentor.
- En la siguiente semana reflexionamos sobre el nacimiento de Cristo en nuestro corazón, de modo que el acontecimiento bíblico también se haga realidad en nuestro interior. Y es que el Señor no solo quiso nacer en Belén, sino que también quiere vivir de forma real en nuestros corazones.
- En la tercera semana, nos centramos en el tema de la Segunda Venida del Señor, que debería despertarnos para aprovechar el tiempo y allanarle el camino.
Para que la vida cristiana sea plena, estos tres aspectos deben ir de la mano y hay que tenerlos presentes. Sin la realidad histórica de la Redención, nuestra fe sería un mito; sin su interiorización, carecería de profundidad; y sin la perspectiva del Retorno de Cristo, perdería su enfoque en la meta y se reduciría su dinamismo.
