EL CAMINO DE ADVIENTO – Día 18: “La predicación del Evangelio”

En las dos últimas meditaciones, hemos hablado sobre la vigilancia y sobre cómo debemos guardar aceite de reserva para nuestras lámparas, tal y como hicieron las vírgenes prudentes de la parábola evangélica (cf. Mt 25,1-13). Ambos aspectos son apropiados para acrecentar el amor, que es imprescindible para no desfallecer a lo largo del camino y de nuestra espera del Señor.

Hay muchas maneras de expresar el amor a Jesús y al prójimo. Como escuchamos ayer, el amor es creativo. El amor también se interesa por conocer los deseos más profundos de la persona amada. Si le preguntamos a Jesús cuál es el mayor deseo de su corazón, la respuesta será clara: ¡que el Padre sea glorificado!

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