EL CAMINO DE ADVIENTO – Día 10: “La Palabra de Dios”

 

La interiorización de nuestra fe es uno de los elementos decisivos para que la gracia de Dios se despliegue abundantemente en nuestra vida.

La fe exige ser interiorizada para que no consista únicamente en gestos y actos exteriores —sin restar importancia y valor a estos últimos—, sino que también esté profundamente arraigada en nuestro corazón. Así se forja una rica vida interior en unión con Dios, una vida interior que siempre está presente y va creciendo.

Dios nos ofrece diversas formas de interiorización.

En primer lugar, se trata de asimilar más profundamente la Palabra de Dios. De María se dice en la Escritura que ella movía la Palabra en su corazón (cf. Lc 2,19). Para ello, debemos leer diariamente la Palabra de Dios. Es nuestro alimento espiritual, que esclarece el entendimiento e ilumina el corazón (Sal 119,105).

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