Al reflexionar sobre el Adviento, se puede hablar de tres venidas del Señor:
1) Su venida histórica, cuando nació en Belén;
2) Su nacimiento en nuestro corazón;
3) Su venida gloriosa al Final de los Tiempos.
En esta segunda semana de Adviento, reflexionaremos sobre la segunda de ellas: la presencia de Jesús en nuestro corazón. En efecto, es fundamental que Él habite también en nuestro corazón, ya que es así como tiene lugar nuestra transformación interior. Dejar entrar a Jesús en nuestro corazón significa darle alojamiento, dar cabida al amor de Dios en nuestra alma.
