Más allá de la justicia

Mal 3,13-20a

“Vuestros discursos son arrogantes contra mí –oráculo del Señor–. Vosotros objetáis: ‘¿Cómo es que hablamos arrogantemente?’ Porque decís: ‘No vale la pena servir al Señor; ¿qué sacamos con guardar sus mandamientos?; ¿para qué andamos enlutados en presencia del Señor de los ejércitos? Al contrario: nos parecen dichosos los malvados; a los impíos les va bien; tientan a Dios, y quedan impunes.’ Entonces los hombres religiosos hablaron entre sí: ‘El Señor atendió y los escuchó.’ Ante él se escribía un libro de memorias a favor de los hombres religiosos que honran su nombre. Me pertenecen –dice el Señor de los ejércitos– como bien propio, el día que yo preparo.

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