Cumplir la misión encomendada

 

1Tim 6,13-16

En presencia de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que ante Poncio Pilato rindió tan hermoso testimonio, te ordeno que conserves el mandato sin tacha ni culpa hasta la Manifestación de nuestro Señor Jesucristo, que a su debido tiempo hará ostensible el Bienaventurado y único Soberano, el Rey de los reyes y el Señor de los señores, el único que posee inmortalidad, que habita en una luz inaccesible, a quien no ha visto ningún ser humano ni le puede ver. A él el honor y el poder por siempre. Amén.

Las palabras que hoy escuchamos del Apóstol de los Gentiles nos muestran cuán importante es cumplir una misión encomendada por Dios. San Pablo le ordena a Timoteo, es decir, le da una instrucción vinculante, y lo hace «en presencia de Dios y de Jesucristo» para dar mayor fuerza a sus palabras. ¡Y este encargo estará en vigor hasta la Segunda Venida del Señor!

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