El perdón
Gracias al don de la fe, se despierta en el hombre la consciencia de su destinación eterna. La Palabra de Dios lo alimenta día a día, ilumina su entendimiento y ahuyenta las tinieblas de la ignorancia y el error.
Pero para que esto surta efecto en lo más profundo de su ser, es necesario que sus culpas hayan sido perdonadas, ya que constituyen un peso en su vida y oscurecen su relación con Dios.
A través de la Muerte y Resurrección de su Hijo, Dios ofrece al hombre el perdón de sus culpas. ¡Es un acto de infinito amor y misericordia, en el que Dios mismo asume las culpas de la humanidad para levantar al hombre caído!