Mt 11,28-30
En aquel tiempo Jesús exclamó: “Venid a mí todos los fatigados y agobiados, y yo os aliviaré. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas: porque mi yugo es suave y mi carga es ligera.”
Muchas personas se sienten aplastadas bajo una pesada carga, que apenas son capaces de sobrellevar y que parece robar la alegría a toda su existencia, determinando todos sus sentimientos. Ya al despertarse tienen este peso encima y durante todo el día tienen que pasárselo luchando por no hundirse bajo la carga.