En aquel tiempo prendió el rey Herodes a algunos de la Iglesia para maltratarlos. Dio muerte por la espada a Santiago, hermano de Juan. Y al ver que esto agradaba a los judíos, decidió prender también a Pedro. Eran los días de los Ácimos. Cuando lo apresó, lo metió en la cárcel y lo entregó a cuatro escuadras de cuatro soldados para que lo custodiaran, con el propósito de hacerlo comparecer ante el pueblo después de la Pascua. Así pues, Pedro estaba encerrado en la cárcel, mientras la Iglesia rogaba incesantemente por él a Dios. Cuando Herodes iba ya a hacerlo comparecer, aquella misma noche dormía Pedro entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, mientras unos centinelas vigilaban la cárcel delante de la puerta. De pronto se presentó un ángel del Señor y un resplandor iluminó la celda. Tocó a Pedro en el costado, le despertó y dijo: “¡Levántate deprisa!” -y se cayeron las cadenas de sus manos.
Showing all posts dated mayo 22, 2025
EL PADRE MISMO OFRECE EL SACRIFICIO
«Si hubiera bastado con sacrificar a una sola de mis criaturas para expiar los pecados de los otros hombres, por medio de una vida y muerte semejante a la de mi Hijo, hubiera titubeado. ¿Por qué? Porque habría traicionado mi amor, haciendo sufrir a una creatura que amo, en lugar de sufrir yo mismo en mi Hijo. ¡Nunca hubiese querido hacer sufrir de esta manera a mis hijos!» (Mensaje de Dios Padre a Sor Eugenia Ravasio).