- Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi (Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos)
- Quia per Crucem tuam redemisti mundum (Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo).
En la época romana, se castigaba a los criminales con la crucifixión. Era una muerte de deshonra y vergüenza. Los condenados morían por asfixia.
Jesús no sólo es condenado a la crucifixión; sino que tiene que cargar con su propia cruz. Quieren convertirlo en un espectáculo para la gente.
Jesús carga con la cruz, pero no porque sus verdugos lo obliguen. La recibe de las manos del Padre. Así, se la arrebata a la malicia y a la intención de aniquilarlo y borrar su memoria. ¡Sucede todo lo contrario! La cruz se convierte en el signo de la victoria sobre los poderes de las tinieblas; de la victoria del amor sobre el odio.
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