¡Cuánto tiempo esperaron los israelitas al Mesías! Luego, cuando Él vino y empezaron a cumplirse las promesas, no lo reconocieron. ¡Qué tragedia! Ahora, los judíos creyentes siguen aguardándolo… Asimismo esperan la llegada del Profeta Elías, que ha de preceder al Mesías. Sin embargo, también él vino ya: “Si queréis comprenderlo, él es Elías, el que iba a venir” –dice Jesús, refiriéndose a Juan el Bautista (Mt 11,14).
Nosotros, los cristianos, podemos vivir en la inmerecida gracia de haber conocido al Mesías. Entonces, ¿qué es lo que esperamos ahora? ¡Esperamos la Fiesta de su Nacimiento! Una y otra vez, año tras año, porque la celebración de este acontecimiento ha de profundizar nuestro amor a Jesús y nos recuerda siempre de nuevo: ¡El Señor está aquí! ¡Él ha venido al mundo!