“Vuestro cielo, criaturas mías, está en el Paraíso, con mis elegidos, porque será ahí, en el cielo, donde me contemplaréis en una visión perenne y gozaréis de una gloria eterna. Mi cielo, en cambio, está en la tierra con todos vosotros, oh hombres. Sí, es en la tierra y en vuestras almas donde busco mi felicidad y mi alegría. Vosotros podéis darme esta alegría; e incluso es un deber para con vuestro Creador y Padre, que desea y espera esto de vosotros” (Mensaje del Padre a Sor Eugenia Ravasio).